sábado, 8 de marzo de 2008

TERRIBLE SUFRIMIENTO SIN CONSUELO



El sufrimiento es una de las realidades más conflictivas de la naturaleza humana porque ésta, tiende por sí a la felicidad. Pero el impacto que han debido sufrir esos padres, la familia Cortés, que vivía con la esperanza de que su hija Mari Luz apareciera, ha debido ser brutal, llegar a lo más profundo de su ser y desgarrarles las entrañas. Porque no es posible imaginar sin estremecerse lo que esa niña ha debido sufrir, cuando miras en las fotos su carita morena, sus ojos luminosos, su boca sonriente, qué dolor tan terrible. No es lo mismo que un niño muera por enfermedad, es triste siempre, claro está, para los suyos, pero en este caso se dan circunstancias que lo hacer particularmente lacerante, porque a esos padres les quedará para siempre la duda de qué pasó realmente, de cuanto sufrió esa criatura sin que ellos pudieran auxiliarla, ellos, que eran todo su mundo. Y les quedan muchas noches de insomnio, a solas con su duelo que nadie puede compartir, por mucho que les quieran, porque cada persona enfrenta el dolor de un modo y nadie puede llegar a sentir el dolor de otro.
Sólo queda esperar que la policía logre dar con el asesino, el de verdad, no vayamos a tener la repetición del caso de Rocío Wanninkhof y encerrar a un inocente. Y cuando sea juzgado, que pague hasta el último día de la pena que le corresponda, sin ningún beneficio penitenciario.
Y puesto que las sirenas de plata onubenses nos han devuelto a la niña inocente, a esa Ofelia diminuta de vida tan breve, que los angeles gitanos la reciban en el cielo bailando por seguiriyas. Sit tibi terra levis.

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