domingo, 6 de septiembre de 2009

NUNCA DEBEMOS OLVIDAR

El pasado día 1 de septiembre se cumplió el aniversario del comienzo de la segunda guerra mundial (1/9/1939), con la invasión de Polonia por el ejército alemán en la que fue conocida como Operación Fall Weiss. Esto, y todo lo que vino después durante los largos años de guerra, es algo que nunca deberíamos olvidar.

Sin embargo, desde hace un tiempo se escuchan voces que tratan de negar el Holocausto, tanto desde interesadas filas árabes como desde pseudo modernos que les siguen el juego; por ello deseo recomendar la lectura de un libro que he releído en estos días:

Las Benévolas

Autor: Jonathan Littel

RBA Libros

Título Original: Las Bienveillantes

Son páginas terribles, que nos dejan sin aliento, horrorizados por el inaudito salvajismo de los nazis. El autor, americano, proviene de una familia de origen judío emigrada desde Polonia. Esta es su primera novela.

Es una lectura muy dura pero imprescindible para entender lo que fue la mayor tragedia del siglo XX.

El título del libro proviene de las míticas Euménides, las "Benévolas" (La Orestiada, de Esquilo), nacidas de la tierra regada con la sangre de Urano cuando éste fue mutilado por Cronos. Son divinidades encargadas de vengar los crímenes, sobre todo aquellos crímenes que atentan contra la familia, y enloquecen a los asesinos. Viven habitualmente en los Infiernos y salen de allí al conjuro de los asesinados para perseguir a los asesinos y no permitirles un momento de paz.

http://blogs.clarin.com/blogfiles/el-rincon-de-fredy-clarin/188342_holocausto03.jpg

http://www.correvedile.com/ciencias/historia/imagenes/imposible1.jpg

Se trata de una novela histórica, bien documentada, la voz que narra es la de un antiguo combatiente nazi, el doctor Aue, que ha rehecho su vida en Francia tras la guerra, y que ha decidido contar lo que fue el horror vivido en aquellos años que duró la contienda.

Y viene a sentar las bases de los que Hannah Arendt llamó la banalidad del Mal y la no responsabilidad de los que obedecen órdenes, esa actitud que permite al protagonista sentirse inmune a la culpa y al horror, sin remordimientos, porque actuó por razones de Estado, igual que se sintieron los nazis que huyeron y se asentaron en otros países bajo diferentes personalidades.Y la banalización completa del Mal haya su mejor metáfora en el niño que encuentra una fila interminable de hormigas y la sigue, curioso de ver donde van, a través de los edificios en ruinas hasta el campo de Auschwitz, y descubre así que la disciplinada fila del ejército de hormigas va en busca de los huesos y restos de los prisioneros ejecutados y allí seleccionan lo que habrán de arrastrar a su hormiguero, animales inocentes, sin noción de culpa, ni propia ni ajena.


Tras dos años de investigación de documentos y tres de intensa escritura y reescritura, el autor publicó esta novela, como he dicho arriba su primer libro, y ganó dos premios, el Premio Goncourt y el Gran Prix du roman de l`Academie Française.

Un libro imprescindible.



2 comentarios:

Empar dijo...

Realmente estremecedor, y no creo que nadie se crea que eso no sucedió por mucho que intenten negarlo.
Cuando estuvimos en Polonia visitamos el campo de concentración y verdaderamente de golpe se te vienen encima un cúmulo de sensaciones todas desoladoras.
¡Un horror! aun se me ponen los pelos de punta y me queda esa sensación de rabia e impotencia.

Ishtar dijo...

Es verdad, tantos seres humanos maltratados y asesinados en nombre de determinadas ideas..., es imposible entenderlo y es necesario luchar porque nunca pueda repetirse.