jueves, 4 de enero de 2007

¿HAY MUERTOS DE SEGUNDA?

Parece que el Sr. Rodriguez volvió a retomar sus vacaciones en Doñana con los muertos aún calientes (y tan calientes, la explosión alcanzó los 1.000º), como si estos desaparecidos por no ser de nacionalidad española fueran menos llamativos que otros casos anteriores. Ahora rectifica y promete que se hará justicia, "toda la justicia", y aún deberemos agradecérselo porque hasta el momento del atentado el gobierno venía sosteniendo la idea de la "justicia circunstancial", peregrino invento para contentar a aquellos que nunca estarán contentos y que celebran cada muerto conseguido. Como si la justicia, en vez de depender de las leyes, pudiera depender de las circunstancias que creara cada gobierno en un momento dado de la legislatura. Por cierto, el gobierno se había reunido en Ankara unos días antes de esta explosión de la T4 con Josu Ternera, su hijo y otra persona de la banda. ¿Qué se habló en esta reunión? ¿Que todo iba a pedir de boca? ¿Que las cosas iban bien y llegarían a ir aún mejor, como nos dijo el sr. Rodriguez?
La Iglesia nos informó de que el Limbo no existía, desgraciadamente hemos podido constatar que debe existir, puesto que algunos habitan en él.


Los pequeños municipios que rodean las ciudades crecen cada vez más, animados por sus alcaldes y constructores deseosos de ganar dinero rápido, ¿pero crecen al mismo ritmo los servicios? Porque esas nuevas construcciones, necesitan agua, luz, accesos a las autovías y....seguridad. ¿Multiplican la seguridad estos municipios al mismo ritmo al que crecen?.
La respuesta debe ser negtiva puesto que al ciudadano Francesc Ferrer han podido robarle en su casa de campo con total impunidad...¡siete veces!
Naturalmente, el resto de los ciudadanos se alarma, cunde el pánico y la gente acaba tratando de defenderse por su cuenta. En el legítimo derecho a defenderse, pueden llegar a excederse como hemos visto tristemente en días pasados. la justicia contempla que la defensa debe hacerse con medios similares a los empleados por los atacantes. Pero me pregunto si en el momento en que te sientes atacado, que sientes que puede peligrar tu vida y la de los tuyos, puedes tener la suficiente serenidad para pararte a pensar si los atacantes llevan armas o no y cual sería el método adecuado de igualdad de condiciones que la justicia aprobaría. Está claro que mientras te sumerjes en estas arduas meditaciones, ya te han robado e incluso pueden haberte dado muerte.
Naturalmente, en este desgraciado caso, serías enterrado con todas las condolencias del municipio. Aunque quizás esas condolencias, aparte de no servirte ya, no consolaran mucho a tu familia. Pero, eso sí, una vez muerto por los atracadores, ningún juez decretaría prisión incondicional sin fianza contra tí. Es un consuelo.

No hay comentarios: