NUEVO ESTADIO DEL VALENCIA

El actual campo del Valencia, el Mestalla, ha visto declaradas ilegales por el tribunal Supremo las obras de ampliación de sus tribunas. En vista de lo cual, la directiva decide construir un nuevo estadio en terrenos hasta ahora calificados de dotacionales públicos, o sea, no privados. Para que esto pueda ser así, la Directiva del Club, firma un acuerdo con el Ayuntamiento por medio del cual, le son cedidos al Club los terrenos que ocupará el Nuevo Mestalla a cambio de otros terrenos que cede el Club en la zona de Campanal. En esta zona, casualmente, el expresidente del Valencia y el actual consejero poseen unos terrenitos que fueron huertas y que pagaron a unos ocho millones de euros y que han pasado ya, en dos años ha valorarse en setenta y dos millones de euros, aún siendo rústicos. Los terrenos, que se prevee que serán calificados como urbanos en el Nuevo Plan Urbanístico, no serán ya los que compensen fisicamente los del nuevo estadio pese a ser calificados como dotacionales públicos por el ayuntamiento. En esta bonita jugada futbolística, se han comprado por ocho millones de euros en 2004 y se han vendido en 2005 por 38 millones de euros y ya en noviembre de 2006, se vuelven a vender, ahora por 72 millones de euros en una subida espectácular e imparable, siempre pagándose dichas compras con hipotecas que valoran estos terrenos muy por encima de su valor como rústicos.
Y los ciudadanos se preguntan, ingenuamente, como pueden saber con esa anticipación que estos terrenos van a dejar de ser rústicos y serán declarados urbanos y se construirán miles de viviendas en ellos. Pues, como siempre, los promotores que son seres sabios por naturaleza y sirven para un roto tanto como para un descosido. Son promotores y consejeros de clubes y amigos de los ayuntamientos. Está de lo más claro.