martes, 31 de marzo de 2009
CON LA LECCIÓN APRENDIDA
Rajoy ha hecho los deberes y ha vuelto con la lección bien aprendida a enfrentarse al programa "Tengo una pregunta para usted", un tribunal ciudadano formado por cien personas de toda edad, condición y profesión y algunas de ellas, además, con las de Caín.
Rajoy supo estar cercano, certero, convincente y hasta dicharachero a ratos. Y aunque sus asesores debieran aconsejarle soltar de una vez el bolígrafo que lleva, que es señal de nerviosismo y que dejara de contar con los dedos, que va en contra de las más sencillas matemáticas, la verdad es que supo contestar con tranquilidad incluso las preguntas más retorcidas.
Y aunque confesó no saber inglés, cosa que bien podría ir solventando en los ratos libres, de geografía e historia y economía, demostró ir bien sobrado.
Recurrió a experiencias propias para dar impresión de cercanía, agradeció a cada uno de sus interlocutores su pregunta, califícándolas incluso de inteligente, interesante, etcétera, con mucha mano izquierda porque muchas de ellas eran verdaderamente torpes. Fue incluso invitado por una señora a visitar Martos y prometió ir.
En resumen, aprobó sobradamente, con nota, y nos mostró su lado más humano, además de saber referirse a lo esencial ante preguntas con segundas intenciones como las referidas a su sueldo, por ejemplo.
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