Enmudecidos y cabizbajos andan en estos días en la Junta de Andalucía, tratando desesperadamente de encontrar algún argumento que reste importancia al asunto Chaves. Pero la verdad es tozuda.
Ahora se les vuelven en contra los argumentos que usaron para salvar al hermanísimo Leonardo Chaves cuando era director general de la Junta y adjudicó a dedo una obra a una empresa en la que, casualmente y por una argucia legal, había dejado de figurar como apoderado unos días antes otro hermanísimo, Antonio José Chaves. Aquí todo queda en familia.
Entonces dijeron que habiendo dejado el cargo de apoderado 11 días antes, no había incompatibilidad. Y ahora que el padre, Manuel Chaves, firma que otorga la subvención a fondo perdido y la hija, Paula Chaves Iborra, firma como apoderada de la empresa que recibe los más de diez millones de euros, no encuentran argumentos. Claro que ahora ya no está el padre de Presidente de la Junta, con el poder de repartir dinero a manos llenas, ahora hay otro que no quiere ensuciarse con pecados ajenos.
Así que con la Ley andaluza de Incompatibilidades de Altos Cargos en la mano, Manuel Chaves ha cometido una falta grave o muy grave, que se sanciona con su publicación en el Boletín Oficial regional y la imposibilidad de participar en instituciones de la autonomía por un plazo mínimo de tres años. Claro, con la cara dura acostumbrada, como ahora está de vicepresidente tercero del Gobierno y Ministro de Política Territorial, le importa poco todo esto, ¿pensará repartir también el territorio español entre "la familia"?
No hay comentarios:
Publicar un comentario