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Aparece ahora el informe de Antonio Iglesias, uno de los expertos químicos que analizó los restos de las explosiones del 11-M para el tribunal que juzgaba los hechos.
En este informe, hecho concienzudamente y repasando en sus casi 500 páginas todos los análisis que se efectuaron entonces en el laboratorio de la Policía Científica, aparece de nuevo el uso, anteriormente descartado por el tribunal, del Titadyn.
El problema es que el informe de Iglesias descarta el uso de la dinamita robada por la trama asturiana, en al menos uno de los focos cree que hubo Titadyn. Y la sentencia, en cambio, destacaba que en todos los focos se había detectado dibutilftalato (DBP), que formaba parte de la Goma 2 pero, según creyeron entonces, no del Titadyn. El informe demuestra que ese elemento sí forma parte del Titadyn y de hecho estaba presente en el explosivo de esa marca incautado a ETA apenas dos semanas antes de la masacre, en la furgoneta interceptada en Cañaveras.
Está claro que sabemos muy poco aún del 11-M y que el futuro puede aclarar muchas incógnitas.
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