LA JUSTICIA EN ESPAÑA

La Justicia en España va lenta, es algo que ya tenemos asumido, pero de vez en cuando nos salta una liebre gozosa a los pocos meses de presentada una querella.

El Supremo acaba de responder con un Auto a la querella del abogado Antonio Panea contra el juez Garzón, querella que presentó en junio de 2008 y en la que acusaba a Garzón de cohecho y prevaricación, basándose en que el Grupo Santander patrocinó las conferencias que moderó Garzón en su etapa americana y que éste, a su regreso, archivó con extraña celeridad una querella contra el Santander, pese a que antes del viaje había considerado que presentaba "características que hacen presumir una infracción penal". A pesar de ello, el Supremo no cree que exista relación de causa-efecto entre ambos hechos, pero sí considera una falta grave que el magistrado ocultase al Consejo General del Poder Judicial el cobro de 203.135 dólares durante su estancia como profesor invitado en Nueva York, aprovechando una licencia de "docencia e investigación", el magistrado ocultó estos ingresos y además siguió percibiendo su sueldo base de la Audiencia Nacional.

Además al Supremo le parece que las cantidades percibidas por el juez "pudieran exceder de los límites fijados en la ley 53/1984 de 23 de diciembre para el supuesto de actividades autorizadas para su compatibilidad con el cargo público", incluso "dando por supuesto que la licencia conllevase implícita tal compatibilidad".

Parece que al órgano de gobierno de los jueces no le consta que Garzón hiciese advertencia alguna sobre la naturaleza y cantidad de los ingresos percibidos y gastos que le fueron sastisfechos. Así que el Supremo remite al Consejo General del Poder Judicial los datos que obran en su poder para que la comisión disciplinaria del CGPJ estudie el asunto.