LOS HÉROES DE SEGUNDA

El 23 de febrero de 2008 el Gobierno de Rodríguez rindió homenaje a los soldados que habían sufrido un ataque en Afganistán en septiembre de 2007, cuatro héroes a los que en el centro del patio central del Cuartel de Paracuellos, colgaron medallas de reconocimiento a su valor.

No habría nada que decir de este homenaje si no fuera porque mientras esto sucedía fuera, en salas interiores, de tapadillo, les dieron las medallas a los dos jóvenes que resultaron heridos y habían sufrido amputaciones de miembros. Rubén López,natural de Albacete, de 19 años, adscrito a la Primera Bandera Paracaidista de Paracuellos del Jarama, perdió su pierna izquierda, no podía mover la derecha y tenía el brazo izquierdo destrozado. Hoy cuenta que las placas metálicas de los chalecos antibalas que llevaban puestos aquél día estaban pegadas con cinta aislante, de viejos que eran. Él y el otro compañero, también gravemente herido, eran héroes de segunda porque ese día del homenaje quedaban solamente dos semanas para las elecciones generales y el general que les llevó la medallas, les dijo que ellos no podían ser vistos. El Gobierno de Rodríguez se avergonzaba de dos soldados españoles que habían estado a punto de morir, que veían su vida y su juventud mermadas ya para siempre en el cumplimiento de su deber, su vista podía restarles votos, por eso había que ocultarlos.

Así que desfilaron los "presentables", los enteros, y ellos fueron puestos a contemplar el desfile perdidos entre la multitud.

Rubén ha tenido que estar ocho meses ingresado, le han realizado 16 operaciones y tiene los miembros que le quedan remachados con tornillos, desde las caderas a la punta de los dedos, ahora le han quedado 250 euros mensuales para vivir y lleva 20 meses esperando que un tribunal militar dictamine su grado de minusvalía. A él, como estaba aún vivo aunque destrozado, no le concedieron la medalla roja, esa que conlleva una pensión vitalicia a la familia de los fallecidos. Él tiene que esperar a que el ejército certifique que, en efecto, perdió una pierna en Afganistan. Nadie ha vuelto a ponerse en contacto con él, a nadie preocupa si puede sobrevivir con esos 250 euros. ¡Qué vergúenza me produce este Gobierno!