PANECILLOS PARKER HOUSE

PANECILLOS PARKER HOUSE

Por ser día lluvioso, de esos que no dan ganas de pisar la calle y menos después del vendaval que nos azotó ayer y que derribó árboles y destrozó vehículos, me levanté hoy con ganas de hacer los eternos Parker House, esos panecillos tan tiernos que según parece se amasaron por primera vez en el Omni Parker House Hotel, de Boston, y que llegó a foros como MR y otros de la mano de María Julia, allá por el año 2005, creo recordar, y desde entonces se han repetido por todos los blogs de cocina porque quedan tiernos, esponjosos y son magníficos para el desayuno o el tentempié de media mañana.

Ingredientes:

* 250 gr. de leche
* 2 huevos
* 60 gr. de mantequilla
* 1 cucharada de agua de azahar
* 2 cucharaditas de sal
* 580 gr. de harina de fuerza
* 2 cucharadas de azúcar
* 12 gr. de levadura seca de panadería.







Elaboración:

Los he amasado en la panificadora, ponemos en la cubeta primero la leche, los huevos batidos, la mantequilla ablandada y el agua de azahar.

Agregamos la harina tamizada con le levadura, en un rincón ponemos la sal y en el lado contrario el azúcar.

Programa amasar.

Cuando terminó el programa yo tenía el horno precalentado durante 15 minutos y apagado, esto para mí es el sucedáneo de las costosas máquinas de levar que existen en las panaderías industriales.

Sacamos la masa de la cubeta y amasamos ligeramente. Vamos cogiendo trozos y formando los panecillos al gusto de cada cual, alargados, redondos etc...

En una bandeja de horno, sobre papel vegetal, ponemos los panecillos y los barnizamos de leche o, si se desea, de leche con un poco de azúcar.

Algunos los espolvoreé con semillas de amapola.

Los metemos en el horno sin volver a encenderlo y los dejamos levar hasta que tripliquen su volumen. Salen entre 18 y 20 panecillos, según el tamaño que les demos.

Una vez hayan levado, horneamos a 180º C durante unos 18 minutos, vigilando que no se doren demasiado. El aroma nos avisa de que ya están listos.

La miga es tierna y jugosa, son irresistibles hasta el punto que si te descuidas no les puedes hacer fotos porque ya se los han comido.