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La crítica francesa ha calificado la Carmen en la que actúa en el coro Sonsoles Espinosa, de blasfema, kitsch e indecorosa. Acusan al director austríaco Martin Kusej, eterno iconoclasta, de haber convertido en un coro de meretrices, ligeras de ropa y en actitudes eróticas, el coro de Carmen y la escena completa en un lupanar, salvo Sonsoles, que viste un pijama azul. La obra acaba el día 28, casualmente un día después de las elecciones municipales en España.
El extravagante director, ha escenificado su idea de España con sangre, sexo y mística, todo a la vez y revuelto. Se ve que el hombre no acaba de entender bien lo que era una cigarrera.
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