sábado, 30 de junio de 2007

ARRIBA Y ABAJO

Ser de clase alta o ser de clase baja, estar arriba o estar abajo pero ¿la clase la da el dinero, en realidad?
Cinco jóvenes brasileños, universitarios de clase alta, atacaron el pasado domingo en el acomodado barrio de Barra Tijuca (Río de Janeiro) a una mujer de 32 años que esperaba el autobus, propinándole una brutal paliza.
Siriel, que así se llama la mujer, trabaja en el servicio doméstico y se encontraba esperando el autobus para volver a su casa cuando los jóvenes se bajaron de un coche y, sin mediar palabra, se liaron a patadas y puñetazos con ella, produciéndole multitud de hematomas en el rostro y el cuerpo, le quitaron el bolso y arrojaron sus cosas por la calzada. Después se alejaron en su coche, pero han podido ser detenidos gracias a un taxista que les siguió y les ha identificado ante la policía.
La clase, que no la da el dinero, digan lo que digan, se demuestra en que mientras el padre de Siriel ha comentado que desgraciadamente los padres con mucho dinero no tienen tiempo para dedicarlo a sus hijos y educarles, el padre de uno de los chicos ha dicho que no se puede encarcelar a universitarios con delincuentes y que las mujeres, solamente con tocarlas ya le salen manchas rojas. Siriel ha disculpado a un sexto joven que iba con los otros pero que no intervino y le ha pedido perdón por no ayudarla. De tales padres, tales hijos. Pero algo está pasando en el mundo cuando esta violencia extrema, la verbal y la física, se desata en personas "aparentemente" normales y sin problemas. Hay problemas y muy graves bajo esa "normalidad".

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