domingo, 24 de junio de 2007

LA CERVEZA

Llega el verano y en España volvemos a descubrir la magia de una cerveza fría bebida en una terraza.
La cerveza es una bebida que se obtiene por fermentación alcohólica mediante levadura seleccionada, de un mosto preparado con malta de cebada u otros cereales adecuados, agua y lúpulo como aromatizante. Su contenido en materias albuminoides (3-6 %), hidratos de carbono ( 7- 8 %) y sales minerales (0,1-0,2%) le confieren un alto poder nutritivo. También mediante el gas carbónico producido gracias a la fermentación, la cerveza facilita considerablemente la digestión. Además tiene un ligero poder estimulante y un efecto diurético.
La mejor cerveza es sin duda la de barril y en particular, como la suma perfección, la cerveza de barril no pasteurizada. Es esta última la incomparable cerveza que todavía elaboran sabiamente los cenobios alemanes o belgas, según métodos tradicionales seculares, para el consumo propio o la venta en los pueblos cercanos. Son las cervezas de los célebres monasterios de Andechs, cercano a Munich, o de Weltenburg, no lejos de Ratisbona, a orillas del Danubio, por ejemplo.
La temperatura, según los cánones clásicos debe estar entre los 7º y los 9º para las rubias y los 20º para las negras. En España, por la temperatura externa, solemos beber la cerveza mucho más fría, pero los entendidos opinan que de este modo pierde sabor. En Inglaterra y Austria, toman la cerveza al tizón, es decir la sirven fresca pero antes de consumirla sumergen en ella un hierro al rojo vivo.
Siempre debe llevar la corona de espuma que los franceses llaman "faux col", de un espesor entre dos y cuatro centímetros. Esta cantidad de espuma nos permite percibir en su plenitud el aroma que desprende el líquido, con lo cual halagaremos el olfato preparando el goce del paladar.
Los holandeses le añaden a la cerveza en ocasiones un chorrito de ginebra.
La cerveza puede muy bien tomarse con marisco y pescados a la parrilla. Con la charcutería caliente. Y, naturalmente, con aquellos platos en cuya preparación haya intervenido la cerveza, como las chuletas de cordero a la alsaciana.

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