lunes, 25 de junio de 2007

A LA MUERTE LE GUSTA EL SUR

Mueren seis soldados españoles en el Líbano, tres eran del sur de América, colombianos, uno, de tan sólo 20 años, Manuel Portas, era sevillano, del Polígono de San Pablo, niño haciendo tareas de hombre, a primeros de julio le tocaba volver a España, el año pasado se había incorporado al ejército con toda la ilusión de la juventud, pero en el ejército se muere, sobre todo cuando el vehiculo en el que viajas no lleva inhibidores de frecuencia. Tanto se le llena al Gobierno la boca de Paz, que no estamos preparados para la Guerra, sin embargo eso de llevar la Paz a determinados paises, es una tarea de Guerra y produce muertos, como ahora vemos. Amargo día para esas familias, para todos aquí en España. Ojalá por una vez, en un alarde de sensatez les tributaran honores de Estado, se lo merecen. Qué bien hacen esas ceremonias los americanos, no sienten verguenza de tratar como héroes a aquellos que dieron la vida por su Patria, aunque fuera en misiones de Paz, que la muerte no distingue de Paz o de Guerra.
Y la banda que vuelve a tener al sur en el punto de mira, que viaja a Sevilla a buscar nuevos objetivos, con su mapa en el coche, siempre en nuestra memoria el Dr. Cariñanos y el asesino cobarde huyendo por las estrechas calles del barrio de San Lorenzo. ¿A quién le tocará ahora, a quién sigue de cerca el oscuro odio de los asesinos enmascarados? A la muerte le gusta el Sur pero aquí no se teme a la muerte, sépanlo todos, en el Sur se sabe morir con dignidad.

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