viernes, 20 de abril de 2012
¿VENDEMOS EL COCHE O DEJAMOS MORIR A LA ABUELA?
¿VENDEMOS EL COCHE O DEJAMOS MORIR A LA ABUELA?
Ha cogido este Gobierno la manía de comparar la economía nacional con la familiar y nos repite cada día por activa y por pasiva que, como las familias, el Estado no puede gastar más de lo que ingresa; pero eso es una trampa y además una mentira porque las familias sí se endeudan, por ejemplo para comprar un coche o una vivienda, porque en esos casos hacen una inversión más que un gasto.
Y el Estado tiene el deber de invertir en Infraestructuras, Investigación, Educación, Sanidad etc... Y al mismo tiempo, tiene también el deber de recortar gastos superfluos, que son muchos precisamente para tener dinero para esas inversiones.
Por eso no se entiende que obliguen a pagar las medicinas a los jubilados y suban las tasas a los estudiantes, pero no supriman las diputaciones y los ayuntamientos de pueblos con escasos habitantes. Lo primero es lo primero, y antes de pedir más esfuerzos a la población, ya desesperada, hay que recortar todos los gastos que chirrían al sentido común.
Ninguna familia sensata dejaría morir a la abuela por falta de medicinas pudiendo vender algún bien, como el coche, para poder socorrerla. Aplíquese el cuento Rajoy, menos predicar y más dar trigo.
Si quieren ahorrar en Sanidad, metan mano en el gasto exagerado en los hospitales, donde hasta las limpiadoras sacan compresas, medicinas, y tiritas sin cuento para su familiares y vecinos y dejen en paz a los jubilados que bastante llevan ya hecho por el Estado.
Persigan de verdad el fraude fiscal en vez de ahogar cada vez más a los pobres empleados con nómina.
Supriman todas las subvenciones a sindicatos y partidos, incluido el partido del Gobierno, y así no habrá que suprimir en Investigación y Desarrollo.
Las amas de casa sensatas no dejan sin comer a sus hijos una semana para gastar ese dinero en la feria, por ejemplo, así que si quiere gobernar España como un hogar, tome nota, señor Rajoy y no deje morir a la abuela por falta de medicinas.
Y por cierto, el señor José Ignacio Echániz, consejero de Salud de Castilla La Mancha, que cifra el gasto de los jubilados en medicinas, con las nuevas medidas, en cuatro cafés, es un impresentable y un embustero o no ha tomado un café en su vida. En un caso o en el otro, debería ser cesado por faltar el respeto a todos los jubilados de España, que el pueblo no está ya para chanzas de bufones.
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