LO HABIAMOS ANUNCIADO

Lo habíamos anunciado y no hubiéramos querido tener razón, pero la banda sale por sus fueros y acude a lo suyo de siempre, ¡rompe la baraja!. Todos los frentes abiertos y sálvese quien pueda. Fin de la tregua. Tregua trampa, como siempre, para rearmarse y conseguir avanzar en sus objetivos. Y esto después de que el Gobierno fuera tan torpe como para permitirles acceder legalmente a las elecciones. Pero nunca se sacian.
Y mientras el Fiscal General, entretenido en pensar si Grande Marlaska es o no imparcial con Otegui, el único sensato es lo que es.
Y De Juana, que aprovecha la ocasión para decir que no se pone la pulsera porque él no es un perro, animalitos, como si algún perro fuera capaz de cometer 25 asesinatos, más quisiera que ser perro, más empatía tendría con los demás. De modo que el hombre dice que quiere que le controlen por teléfono, vamos como en las guerras de Gila: " ¿Oiga, es De Juana?_ Sí_ ¿y está usted en casa y no piensa matar a nadie hoy?_ Si, estoy en casa, descansando_" . Bueno, pues si no quiere pulserita, a dormir a la sombra hasta que acabe su condena y punto. Ya está bien de contemplaciones.
Y el Gobierno de Rodriguez, en vez de estar a lo que tiene que estar, pendiente de conseguir que el Vaticano retrase la beatificación de mártires de la Guerra Civíl que la iglesia piensa hacer el 28 de octubre, fecha que coincide, casualidades de la vida, con la manejada para un posible adelanto de elecciones y esa mezcla de mártires y elecciones, parece que no les conviene. Pero la Iglesia, que se acuerda de pasados desaires del Gobierno, dice que nones.