La esposa del alto ejecutivo vasco residente en Londres, cuya foto de bodas figura arriba, y que saltó a las noticias internacionales por la muerte de su hija, está ingresada en un hospital, no pronuncia una palabra desde entonces, se niega a comer, su mente se encuentra detenida en aquél instante trágico y ya irreversible que no logra asimilar. El está ingresado en un hospital de Salud Mental en observación. Los padres de ella, natural de Cabo Verde, no logran entender lo sucedido y solamente saben del caso por la prensa. Los padres de él han viajado a Londres de inmediato y, probablemente, tampoco comprendan nada de lo sucedido puesto que dos semanas antes, la familia estuvo con ellos en España y todo parecía marchar bien.
En Malasia, desde que tienen memoria, llaman Amok a una explosión repentina de furia de una violencia desmedida contra todo y que deja al final a la persona exhausta y en estado amnésico. El ataque va precedido de un periodo de preocupación, pesadumbre o depresión moderada que puede pasar desapercibida hasta que se produce el estallido. También se sospecha que algún tipo de alucinógeno pueda estar implicado.
En las sociedades occidentales, donde hay que luchar por situarse y ascender en las empresas como si de una guerra se tratara, surge el estrés. El precio que cada persona debe pagar por adaptarse a las situaciones estresantes es lo que el científico Bruce S. Mienen, de la Universidad de Rockefeller, denomina carga alostática.
La exposición continuada, mantenida y constante a las llamadas "hormonas del estrés" (catecolaminas, adrenalinas y noradrenalinas, que libera el sistema simpático y los glucocorticoides), acaban afectando a todo el organismo, algunas personas desarrollan un cáncer, por ejemplo, o les afecta la función cerebral, especialmente en el hipocampo, que está involucrado en la memoria verbal y en la memoria de contexto. Pero no está suficientemente estudiado hasta donde pueden llegar los daños y más porque en algunos casos, para resistir esas maratonianas reuniones los altos ejecutivos consumen algunas sustancias nocivas que les permiten permanecer sin dormir y sin sentir casancio horas y horas. Lo malo es que al final nuestro cuerpo acaba pagando por todo eso y quizás llegar a la cumbre en poco tiempo no era la mejor solución para la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario