miércoles, 11 de febrero de 2009

¿QUIEN ENTIENDE A LA JUSTICIA?

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En plena operación de acoso y derribo en Boadilla del Monte, resulta que se nos van de cacería a Jaén, a la finca Cabeza Prieta, el juez Garzón y el Ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo y la Fiscal de la Audiencia, Dolores Delgado, y cenaron juntos el pasado viernes en un restaurante de Andújar. A dicha cacería asistieron también altos cargos del Ministerior de Interior y de la Junta de Andalucía. Se ve que la detención de los cinco empresarios, incomunicados en los calabozos, era cosa a celebrar, a pesar de la copiosa nevada que caía sobre el pueblo de Torres (Jaén) donde se hallan situados los terrenos de caza.

El dueño de la finca, José Peñas Pérez, es un empresario catalán con negocios en la industria farmacéutica (Farmaeuropa).

Naturalmente un gran séquito de coches oficiales "ocuparon" el pueblo todo el fin de semana.

¿Quién los entiende, a unos y a otros? ¿No resuenan ecos franquistas en estas diversiones cinegéticas?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pobres venaos, sus defensas, al igual que las nuestras, no están acordes con las del enemigo.
¡Pobres de nos!

Ishtar dijo...

Al final los muflones resultan ser todos los ciudadanos que soportan todas estas tomaduras de pelo de los unos y los otros.

Anónimo dijo...

Así nos va. Saludos(C).

Joaquín dijo...

¿Quién los entiende, a unos y a otros? ¿No resuenan ecos franquistas en estas diversiones cinegéticas?

Muy buen apreciación, te felicito y te mando un articulo que publicó un periódico que se llama El Confidencial.

EL CONFIDENTE
A diferencia de Garzón, el Rey caza en viernes laborable

@Redacción - 16/02/2009

Con España partida en dos
mitades a cuenta de la famosa cacería protagonizada al alimón por el
juez Campeador Garzón y el ministro de Justicia, el rojillo Bermejo,
en una finca cercana a Torres, Jaén, el Rey Juan Carlos voló a
primera hora del viernes pasado, laborable en el calendario, a la
finca El Cristo de su buen amigo Germán Gamazo Hohenlohe, marqués de
Soto de Aller, conde de Gamazo y vizconde de Miravalles, sita en la
carretera AV910 entre los términos municipales de Corchuela y
Candeleda (Nacional V, salida Oropesa), faldas mismas del
impresionante Pico del Moro Almanzor (Gredos), una de las mejores
fincas de España de caza mayor, a practicar eso mismo: la caza
mayor.

Y es que el Rey Juan Carlos no necesita esperar al
fin de semana para darle al rifle de mira telescópica, como un juez
cualquiera o un ministrillo al uso. En plena temporada de caza, el
Monarca pasa no pocos días de la semana de montería, eligiendo entre
la panoplia de fincas de ricos hacendados que se disputan su
presencia y le asedian con invitaciones. Aunque una montería que se
precie puede costar no menos de 3.000 euros por cabeza, el Rey caza
por el morro y gratis total, como es de rigor, con los dueños de la
finca encantados de haber tenido al Monarca en casa, dispuestos a
presumir luego de amistades poderosas que les permiten estar a la
última.

Aunque la espléndida finca de Gamazo padre, una de
las mejores de España en su tiempo, ha sido dividida entre sus hijos
(Ana Gamazo Hohenlohe, la santa de Juan Abelló, tiene su parte),
sigue siendo una de las mecas de la caza mayor, con bichos de
extraordinaria arboladura. La montería del viernes 13 de febrero en
El Cristo resultó muy selectiva: apenas 10 escopetas acompañando al
Rey (entre ellas el propio Abelló y el inseparable Alberto Alcocer),
y en ella se cobraron 90 piezas, entre venados y guarros (jabalíes).
Este fin de semana no se hablaba de otra cosa entre el elenco de
ilustres cazadores del Reyno, siempre deseosos de lucir sus
habilidades al lado del Monarca.

Cazar en El Cristo es como
cantar en la Scala de Milán: un lujo solo al alcance de unos pocos.
Hace unas semanas, pleno mes de enero, la finca de Germán Gamazo
estuvo en boca de la elite madrileña a cuenta de la reaparición en
público, milagro, milagro, de Manolo Prado y Colón de Carvajal, el
intendente del Rey. Y cuentan que mientras Ana Abelló paseaba los
perros por un paisaje de encinas, los invitados se preguntaban con
mal disimulada guasa cómo se las arreglaría el manco Manolo para
disparar su rifle. Unos opinaban que el ?secretario? (criado que
porta armas, munición y demás avituallamiento) presta su hombro a
don Manuel para que éste, nada más divisar la presa, apoye su rifle
en él y dispare, mientras que otros aseguraban que con gran
habilidad se sirve del antebrazo mellado para una función que, por
cierto, realiza con maestría impropia de su edad.

Un saludo
Joaquín
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