sábado, 6 de marzo de 2010

EL QUE ASÓ LA MANTECA

En su empeño por lo extravagante y lo absurdo el Gobierno de Rodríguez trata de ganar puntos a base de ver quién lo hace peor en menos tiempo o gasta más dinero en inanidades.

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsN1huT32Ugm70WOUbleq5ATKo9TdMVq1Tt1TuworTsro_WzMTayEwAWskaa25OWuGQAtcGj-gXxEfk01jLOsF1Fw6IkRbcMB8-tY5HLhyoG3Kv88hMAl3RWUjq0HVSDYbriTsn1IpQWQ/s1600/homosexual-735078.jpg
Este viernes, leímos en el diario La Razón información sobre un documento que el Ministerio de Sanidad presentará la próxima semana en la Comisión Delegada del Consejo Interterritorial en el que a lo largo de 192 páginas repasa los diversos aspectos de la vida sexual de los españoles, entre las numerosas perlas que incluye, aprovecha para cuestionar la heterosexualidad como norma y aconseja, para fomentar la fantasía, como vía de escape contra la timidez y como forma de sexo seguro, sin riesgo de embarazos ni de infecciones de transmisiñon sexual, el cibersexo.

Además, el mismo Ministerio de Sanidad ha subvencionado conjuntamente con el Ministerio de Educación, un nuevo recurso educativo a través de un juego online para niños de 15 años, en el que se les anima a realizar sexo anal, usar juguetes eróticos y masturbarse. No olvidemos que a partir del próximo curso los colegios tendrán que impartir obligatoriamente educación sexual en todos los niveles.

El juego consiste en preparar una fiesta para el viernes por la noche, para ello hay que preparar lo básico, ¿qué es lo básico? ¡El preservativo!

Una vez llegados a la discoteca se invita a que el chico conozca gente, después a que diga quién le ha gustado, y cuando elige se le dice que tras pasar un rato juntos, quizás quiera "conocerle un poco más", por lo que se le recomienda retirarse a un lugar más íntimo donde en efecto conocerse más (sin olvidar el preservativo). Y ahora vienen las opciones  de prácticas sexuales a realizar, con puntuación incluida.

A partir del próximo curso, desde los once años, los niños serán educados en este sexo intrascendente que se pone al mismo nivel que comerse unos caramelos, sin que importe si los padres están de acuerdo o no en ese tipo de educación.

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