¿QUIÉN TIENE ACCESO AL FAX DE LA AUDIENCIA PROVINCIAL DE MADRID?

¿QUIÉN TIENE ACCESO AL FAX DE LA AUDIENCIA PROVINCIAL DE MADRID?

Y quien dice al fax dice también al sello del Juez. Se supone que deben ser personas contadas y no cualquiera que pase por allí.

Sin embargo, José Carlos S.S., el cabecilla de una banda criminal especializada en secuestros, que en el año 2008 había secuestrado a dos empresarios en La Moraleja, Madrid, y que estaba en la prisión de Valdemoro, ha protagonizado una fuga digna de una película gracias a ese fax y ese sello.

Hace una semana lo pusieron en libertad tras recibir en el Juzgado de Valdemoro un fax desde la sección 23 de la Audiencia Provincial de Madrid dando la orden. El papel era el oficial, el número del fax, el correcto, y el sello del Juez, legítimo, y encima del sello, la firma del Juez. Un agente judicial va a la cárcel y comunica la decisión judicial. Todo en regla y José Carlos en la calle.

Pero si esto sucedía el viernes día 15, el lunes 18 el Juez de la sección 23 comprueba que José Carlos está en libertad sin que él haya dado orden alguna. Se queda primero de una pieza y después suponemos que montaría en cólera. En ese momento se abre una investigación interna y se ordena a la Guardia Civil su busca y captura.

El mismo lunes acude la Guardia Civil a la cárcel y pide información de lo sucedido, la sorpresa de la Dirección del centro penitenciario es mayúscula. se habían seguido todos los procedimientos, se había comprobado todo y era conforme, ¿qué había pasado?

Alguien familiarizado con los protocolos y las dependencias judiciales ha utilizado el sello del juez, falsificado su firma, y enviado el fax desde la Sección 23. Alguien que debe ser muy habitual de allí, ¿no creen?. De ninguna manera puede tratarse de alguien que casualmente pasaba por allí.

Menos mal que el miércoles una mujer de Collado Villalba telefonea a la policía porque ha oído ruidos extraños y ha visto a un desconocido colarse en su garage, que ella en ese momento ha cerrado dejando al indivíduo dentro. Una patrulla acude y la vecina avisa que el desconocido se ha escapado por una ventana del garage y anda por los tejados. Comienza una persecución trepidante digna de una película hasta que el sospechoso se arroja desde una altura de tres metros a un arroyo y es capturado. Lleva nada menos que cinco mil euros en efectivo en billetes de pequeño valor. Admite ser el fugado y el envío del fax, pero se niega a decir quién lo envió.

Vuelve ya a estar en la cárcel. Pero está claro que alguien ha cobrado mucho dinero por arriesgarse a enviar ese fax y ese alguien probablemente trabaja en la Audiencia Provincial de Madrid o la frecuenta en razón de su profesión, no nos engañemos.