UN RATONCILLO BLANCO
La Gestapo la llamaba despreciativamente "ratoncillo blanco" por su habilidad para eludir ser capturada y escaparse constantemente de sus garras.
Nancy Wake, aquél ratoncillo blanco, falleció este domingo en Londres a los 98 años de edad.
Nacida el 30 de agosto de 1912 en Wellington, Nueva Zelanda, sus padres se mudaron a Sidney, Australia, en 1914, allí creció y estudió. Viajó a Europa y fue agente británica durante la II Guerra Mundial y ayudó a la resistencia francesa contra los alemanes, después de contemplar en Viena como encadenaban a judíos de todas las edades en una plaza. Esta visión cambió su vida para siempre.
Se casó con un industrial francés, Henri Fiocca, en 1939 pero poco después de su boda y , tras el estallido de la guerra, Alemania invadió Francia. Nancy se convirtió entonces en "correo", llevando mensajes y comida a los grupos de la Resistencia en el sur de Francia. Compró una ambulancia y trasladó a cientos de judíos para salvarlos de la Gestapo. Gracias a sus contactos, obtuvo papeles con una identidad falsa que le permitieron trabajar en la Francia ocupada, arriesgando una y otra vez su vida para salvar a los judíos. Cambió múltiples veces de identidad para escapar del avance alemán; en 1943 encabezaba la lista de los más buscados por la Gestapo, que llegó a ofrecer cinco millones de francos a quien ayudara en su captura. En esa fecha, la Resistencia la envió a Londres y ella nunca volvió a ver a su marido, que fue torturado y ejecutado en 1943 en un intento de que la delatara, cosa que no lograron.
En febrero de 1944 fue lanzada en paracaídas junto al mayor John Farmer en la región de Auvergne, en el centro de Francia, con órdenes para localizar y organizar las bandas de Maquis, estableciendo depósitos de armas con los materiales que les lanzaban en paracaídas e instalando un transmisor para las comunicaciones con Inglaterra. Así comenzó a preparar el terreno para el Día D y el desembarco en Normandía de los Aliados.
En una ocasión, Nancy viajó 500 kms en bicicleta para reemplazar los códigos de radio que habían sido destruidos por un operador para evitar que cayeran en manos de la Gestapo; sin esos códigos no era posible la comunicación con Gran Bretaña ni recibir las ayudas y materiales. Cubrió esos 500 kms en 71 horas, a través de campos y montañas, pedaleando sin apenas permitirse un descanso.
El día 25 de agosto de 1944, con la liberación de París, Nancy fue a Vichy para celebrar el triunfo y allí conoció la muerte y tortura de su marido.
En 1960, Nancy volvió a casarse, con un ex prisionero de guerra británico, John Forward, y volvió a Australia.
Fue condecorada por Francia con el Legión de Honor, el mayor reconocimiento militar, por su actividad de ayuda a la Resistencia francesa, recibió también la medalla de la Resistencia y tres medallas de la Cruz de Guerra.
También fue condecorada por el Reino Unido con la Medalla George, y por Estados Unidos con la Medalla de la Libertad, en 2004 con la Compañía de la Orden de Australia y en 2006 con la Insignia RSA de Nueva Zelanda.
En esta sociedad actual que carece de valores el ejemplo de Nancy merece ser recordado porque, con un valor excepcional, antepuso la salvación de otros a la suya propia y luchó por defender aquello en lo que creía mientras muchos escondían la cabeza por temor y dejaban hacer a los nazis.
De acuerdo con sus deseos, Nancy Wake será incinerada y sus cenizas esparcidas en el corazón de Francia, en Montlucon. El mundo entero le debe mucho a esta gran mujer. Sit tibi terra levis.
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