jueves, 8 de febrero de 2007

SIT TIBI TERRA LEVIS

Naciste en abril, pequeña muñeca que trajo la primavera y por ser la más pequeña fuiste la más mimada, la más querida, pero también la más frágil. Eras un espíritu bohemio, libre, pero no sabías qué hacer de tu libertad. Todos te adoraban pero qué sola te sentías. Casi ingrávida ya, estabas pasando de muñeca a angel, sin saberlo. La vida no era ahora ya un juego. Había que tomar decisiones y asumirlas. pero tu espíritu nostálgico siempre miraba atrás con melancolía. Tan parecida en tus rasgos a tu abuela paterna, tan infantil por dentro todavía, tan solitaria aunque estuvieras rodeada de gente, la soledad interior te pesaba ya como una losa. Cuando permaneciste sola con tu madre tras la separación, te sentiste preterida. Añorabas a tu padre y a tus hermanas, pero sobre todo a tu padre, ese padre adusto al que adorabas y que marchó a Madrid un día para no volver. Y el tiempo pasó y creciste por fuera pero siempre estuvo esa muñeca frágil dentro de tí, esa que empezaba a sentir que le crecían alas, que la tierra se le quedaba pequeña para sus sueños. Tan tímida, tan retraida, incapaz de decir ayúdame a cualquiera de los que te hubieran ayudado, ellos los fuertes, los que sí saben afrontar las situaciones difíciles. Pero no hablaste y ese piso de la septima planta de una calle cualquiera, es testigo aún de tus lágrimas y de tu sufrimiento. Ahora tu espíritu, es libre de verdad, tus indecisiones, tus miedos, todo aquello que nunca confesaste pero sufriste, ha terminado. Pobre, pobre muñeca rota, que la tierra te sea leve.

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