domingo, 25 de febrero de 2007

Y LE DAMOS LA NACIONALIDAD A GUSINSKI

Antes de irse a las islas, López Aguilar se ha ocupado de eso, de otorgarle la nacionalidad española a Gusinski para blindarle de extradiciones a Rusia. ¿Motivos para darle la nacionalidad española? ¿Grandes méritos? Pues no, realmente. Salvo que es multimillonario y vicepresidente del Consejo Mundial Judío. (Hala, y después el sr.Rodriguez se nos pone de parte de los palestinos cuando le parece, aquí siempre una vela a Dios y otra al diablo, por si acaso). Parece que Gusinski piensa convertir España en el centro de sus negocios, vamos que los va a dirigir desde aquí, no es que vaya a invertir especialmente aquí. Ya llevaba tiempo intentando lo de la nacionalidad española, primero alegó que su madre vivía en Sotogrande (Cádiz), o sea, la pedía por reagrupamiento familiar, como los emigrantes pobres, después añadió que descendía de judíos sefardíes, que le gustaba mucho la Macarena, en fin, lo que hiciera falta, para librarse de Putin. Hasta ahora, tenía pasaporte israelí, pero huyendo de Putin, ha pedido ayuda hasta a la Zarzuela. Por cierto, lleva bastante tiempo protegido por 27 guardias civiles, por si acaso lo persigue la KGB (pagados por el estado español, claro, o sea, con nuestros impuestos) ¿Y por qué queremos nosotros ponernos a mal con Putin? ¿qué es lo que tanto nos interesa de Gusinski? ¿qué grandes cosas a hecho él por España? Nada, que se sepa. Que se sepa publicamente, claro, aunque es posible que existan intereses particulares. Porque ese miedo a Putin, no se lo tiene así porque sí, sino porque ha habido ciertos asuntillos dinerarios con el anterior gobierno ruso, pequeños detalles que parecen hacer pensar a Putin que no es oro todo lo que reluce y que las grandes fortunas no suelen ser fruto del trabajo diario, conclusión a la que, para llegar a ella, no hace falta ser Putin, desde luego.

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