viernes, 26 de agosto de 2011

EL SILENCIO ANTES DE LA TORMENTA


EL SILENCIO ANTES DE LA TORMENTA

Imagino que todos ustedes han sentido alguna vez, estando en el campo, ese silencio sobrecogedor que precede a la tormenta, cuando parece que todos los animales contienen el aliento, los pájaros dejan de cantar y los árboles de agitarse; aún en días de viento todo parece detenerse durante unos segundos en espera del sonido del primer trueno que anuncia la pronta lluvia.

Así estamos en España estos días, con un Ministro del Interior mudo y enredando a mayor gloria de su ex jefe, Freddy. Después de meses soportando a los indignados del 15-M tomando Sol y campando por sus respetos, de permitir una marcha contra los peregrinos de la JMJ, que no podemos llamar laica como ellos pretenden puesto que laicos somos todos los que no pertenecemos a una órden religiosa, que acabó como el rosario de la aurora, se nos descuelga ahora con culpar a la policía de los desórdenes producidos.

Y lo que es peor, permite que se vean imágenes de los policías, que ya están recibiendo amenazas, y en cambio impide que se vean las imágenes de los indignados golpeando policías, escupiéndoles, orinándoles encima y cometiendo todo tipo de fechorías. Y además han cursado órdenes, incluso por escrito, a los antidisturbios, de no actuar contra los manifestantes aunque las posibles concentraciones no sean legales, y ni siquiera se los identifique. Los ciudadanos no estamos seguros a partir de ahora.

Como no olvidamos el caso Faisán y sabemos que desde el teléfono de Camacho se realizaron oportunas llamadas, podemos conjeturar que estos están esperando a septiembre para comenzar la tormenta y "amenizar" así la campaña electoral.

Estos están dispuestos a liarla y se van a suceder los hechos más graves sin que muevan un dedo, al tiempo.

Mientras, el PSOE, el partido de los trabajadores, firma una reforma para extender sine die los contratos temporales, y la formación hasta los 30 años, es decir que puede usted acabar siendo becario muchos años gracias a ellos.

Y sobrecoge que en nombre de la libertad dejen morir a una anciana de 90 años de hambre y sed en el Hospital Blanca Paloma de Huelva, en contra del criterio de los médicos y de cualquier persona sensata. Porque no se trata de retirarle todos los medicamentos, que podía ser una opción en caso de coma irreversible, sino de condenarla a muerte por inanición por expreso deseo de su hijo, cortando toda ingesta de líquidos y papillas. ¿Morir de hambre y sed es una muerte digna? Yo creo que es un asesinato, con el agravante de que la pobre mujer no puede defenderse. 

2 comentarios:

Marga Morguix dijo...

Has puesto en palabras la misma sensación que yo tengo.
Veremos qué pasa, y esperemos que la tormenta no cause más daños de los que ya venimos sufriendo.
Un beso, guapa.

Ishtar dijo...

No hay nada más peligroso que una bestia herida y desesperada y mucha gente tiene miedo a lo que pueda suceder en vísperas de elecciones. Ya tenemos una negra experiencia en eso, espero que nos sirva en el futuro.
Besos.