SI ALGO PUEDE IR A PEOR, SEGURO QUE IRÁ

SI ALGO PUEDE IR A PEOR, SEGURO QUE IRÁ

Cuando parecía que las cosas comenzaban a arreglarse, económicamente hablando, vienen las elecciones italianas a sumir a toda Europa en un nuevo susto.

Suelen decir los políticos que los votantes no se equivocan, pero yo suelo preguntarme muchas veces lo contrario, ¿en qué están pensando los votantes?

Lograron echar a Silvio Berlusconi  y cuando parecía que todo podía arreglarse con Monti, no olvidemos que Italia tiene una deuda por encima del 126% del PIB, vuelven a votar mayoritariamente a Berlusconi y a Beppe Grillo, es decir populismo; más aún, es un no al euro, a Europa y a los recortes. Claro que nadie quiere recortes pero estos se hacen necesarios como en las familias cuando se ha gastado más de lo que se ingresa.

Las primeras consecuencias de esa votación es que la prima de riesgo ha subido más de 40 puntos, por encima de los 340, mientras que la Bolsa de Milán se desploma. Reina la incertidumbre en los mercados y no hay nada peor. Esta situación ha afectado de inmediato a España y a Portugal.

Italia no quiere austeridad, ni nadie, pero el dinero no crece en las ramas de los árboles y cuando hasta la poderosa economía estadounidense comienza a hablar de hacer recortes es porque estos son imprescindibles para sobrevivir y no hundirnos mientras suena la música, como el Titanic.


Y como si todo esto no fuera suficientemente preocupante sale a relucir el chalet de Pepiño Blanco, del que la policía tiene serias sospechas de como se pagó.

Y declara Bárcenas ante el juez sobre los 22 millones que tenía en Suiza y dice que no eran 22 millones, que llegaron  a ser 38 millones, eso sí, afirma que fruto de sus actividades bursátiles y no de otra cosa, lo que tendran que investigar.

Y además, va y demanda al PP por despido improcedente. Hay que recordar que el PP dijo haberle despedido en 2009 y supuestamente haber llegado al acuerdo de pagarle una indemnización diferida hasta 2012. Pero como no haya documentos que acrediten esos pagos y esa indemnización, la cosa se puede liar aún más, porque además le pagaban la Seguridad Social, lo que está expresamente prohibido. Parece que de quien van a tener que prescindir es del encargado de las relaciones laborales en el partido, que no parece muy experto en ellas.

Y la guinda del pastel la pone el PSOE, con la mitad del partido cantando la tarara, la tarara sí, la tarara, no, la tarara, niña, me separo yo, queriendo separarse de España. Ya la semana pasada hablaron de quitarse la O de obrero, pero eso no le extrañó a casi nadie, con todos sus dirigentes millonarios, pero lo de ayer fue la repera.