lunes, 7 de mayo de 2012

EL PRECIO DEL SILENCIO O EL CHALANEO DE TORRES Y URDANGARÍN




EL PRECIO DEL SILENCIO O EL CHALANEO DE TORRES Y URDANGARÍN

Una verdadera tomadura de pelo a los ciudadanos es la que se traen entre manos estos dos desalmados después de llevarse, presuntamente, cuanto pudieron.

Hoy publica el diario El País que hace ya tres semanas, sobre el 13 de abril, que los abogados de ambos se reunieron con el Fiscal Anticorrupción en Palma de Mallorca.  Como dice el refrán, "reunión de pastores, oveja muerta", es decir, que al final de tanto embrollo los que saldremos perdiendo seremos los ciudadanos, como suele pasar. 

Pero además, como las cosas no van todo lo rápido que ellos desearían, han hecho correr la especie de que Torres exige 10 millones de euros por su silencio (empezó pidiendo 30 millones) y por no sacar a la luz los 200 correos electrónicos que dice tener en su poder y que de publicarse harían, dicen, caer a la Monarquía. Pues no sé qué será peor, porque si después de este envite calla todos sospecharemos que ha cobrado y además creeremos que dichos correos dicen a las claras lo que ya toda España piensa. Además de los diez millones, exige que le busquen un trabajo estable (¿quizás como consejero en alguna empresa?), y pagar la minuta de su abogado. Vamos, lo que se dice un negocio redondo, amén  de no pisar la cárcel ni el uno ni el otro.

Pero si están dispuestos a lo que sea para "salvar" la Monarquía, deberían tener en cuenta que si Urdangarín se confiesa culpable, como parece que está pensando hacer con tal de no ir a la cárcel, se estaría confesando a la vez delincuente y la Monarquía quedaría de todas formas a la altura del betún. Porque el precio del silencio sería también el de la dignidad.

De momento IU ha llevado ya al Congreso los correos de Urdangarín publicados por la prensa, que indican que el Rey colaboró en sus asuntos como mediador, claro que tienen poco porvenir porque hasta ahora la Mesa no ha admitido ninguna otra cuestión de las presentadas en relación con el caso "Palma Arena".


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