PERDIDO Y AUSENTE

PERDIDO Y AUSENTE

Así es como se ve estos días a Rodríguez, perdido y ausente, sin encontrar su sitio como se le ve en las reuniones internacionales o pasando más de cinco horas al día encerrado consigo mismo y sin hablar con nadie como cuentan sus íntimos. Si en época de bonanza daba palos de ciego y no sabía qué hacer, figúrense ahora con la que está cayendo.

La prima de riesgo subió ayer en los mercados hasta los 235 puntos básicos, la cota máxima desde la entrada del euro. La crisis irlandesa no ha hecho más que, tras su rescate por 85.000 millones de euros por la Unión Europea, empujar ahora el problema hacia España y Portugal, curiosamente ambas con gobiernos socialistas y "muy progresistas", al igual que Grecia e Irlanda. Al Gobierno de Rodríguez cada vez le cuesta más caro colocar la Deuda a corto plazo, ayer un 83% más.

Rodríguez sabe de sobra que tiene forzosamente que recortar más los gastos pero en una huída hacia adelante aún andan repartiendo subvenciones a troche y moche.

El índice de referencia de la Bolsa española cae un 1%, después de perder hasta un 6% en las tres sesiones anteriores, las cosas van de mal en peor.

Y para los ciudadanos comunes y corrientes las cosas pintan aún peor pues enero comenzará, si no lo hace diciembre, con la subida de la luz, para pagar los bonos tarifarios que el Gobierno acaba de sacar para reducir el déficit con las eléctricas, aumentado este en buena medida por las subvenciones que se sacaron de la manga para las energías fotovoltaicas; y tras la luz, vendrá la subida de todo los demás, gas, agua, impuestos, seguros, vaya que todo lo que nos puedan subir, tengan por seguro que nos lo subirán, todo menos las pensiones, de los sueldos no digo nada porque seguro que los suyos propios sí que se los suben los políticos. Tenemos el dudoso honor de tener entre los empleados comunes, los sueldos más bajos de Europa, pero en cambio la cifra de paro más alta y ahora pagaremos la electricidad más cara de Europa, todo ello a mejor beneficio del PSOE y su gobierno. Al final todos a dos velas.

En cambio los empresarios alemanes muestran un grado de optimismo que no se les conocía desde enero de 1991, simplemente porque su gobierno está haciendo bien las cosas y están remontando la crisis con rapidez.