EL ARTE DE MAREAR LA PERDIZ

EL ARTE DE MAREAR LA PERDIZ

La Justicia española ha vuelto a demostrarnos el arte de marear la perdiz, devolviendo al juez Ruz el caso Faisán ya que no lograban los jueces en la Audiencia Nacional un acuerdo para desviar el asunto a un juzgado de Irún como deseaba el juez Gómez Bermúdez.


Ahora intentan con eso cansar al juez Pablo Ruz y que acabe archivando la causa por aburrimiento, ya que le enmiendan la plana, le destruyen pruebas y le hacen la vida imposible.

El mismo juez que dejó desamparadas a las víctimas del 11-M desampara ahora a todo un país, que se siente inerme ante la terrible corrupción que simboliza el chivatazo. Todos los asesinados por ETA deben estar revolviéndose en sus tumbas, y sus familias con el corazón destrozado.


Pero pese a todo, hay una verdad incontestable que se han visto obligados a reconocer: hubo delito. A pesar de todos los esfuerzos de Gómez Bermúdez por ayudar al Gobierno está muy claro que la única salida que le dejan a Ruz es apuntar directamente a Ferraz y a Moncloa.

Mientras tanto, Antonio Camacho, el hoy Ministro del Interior gracias al candidato Freddy, trata desesperadamente de conseguir un escaño en el Congreso para tener inmunidad parlamentaria por si las moscas y para eso da codazos en Zamora, donde nada se le ha perdido, y aparta al primero de la lista para ponerse él, irritando así a las bases. Pero inmunidad no significa impunidad.

Y lo quieran o no, hubo llamadas desde teléfonos del Ministerio del Interior al Faisán. Podrán insistir en que los indicios no son suficientes, pero haberlas, las hubo. Y al devolver ahora el procedimiento al juez Ruz en realidad están reconociendo que sí hubo chivatazo, y aunque los hasta ahora procesados dejen de estarlo, siguen imputados. Y es más, por mucho que desde el PSOE traten de exigir que se pida "perdón a Freddy" (tiene guasa la cosa), lo que queda muy claro es que Freddy presidía Interior cuando se produjo el chivatazo y tiene una grave responsabilidad política que bien harían desde el PP en recordarle cada día de aquí al 20-N aunque sólo sea por aquello de que a quien no quiere caldo, dos tazas. Y, sobre todo, porque es el PSOE quien está empujando a CCOO en las huelgas de maestros, en un intento de sacar de sus casillas al PP y de ganar ellos en río revuelto.