EL CAOS ESTÁ SERVIDO

EL CAOS ESTÁ SERVIDO

El caos europeo está servido. Los paises del sur de Europa se tambalean mientras la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) tratan de hacer equilibrios sobre la pista.

El gobierno griego no tendrá dinero en octubre para pagar los servicios básicos (pensiones y sueldos de funcionarios) si la UE y el FMI no activan el siguiente tramo del rescate. Pero lo peor es que ya se sabe que el estado heleno no cumplirá su objetivo de déficit, con lo cual surgen voces cada vez más altas para que no se siga entregando dinero a fondo perdido sin un claro compromiso de recorte drástico del gasto público. Sobre todo porque los países que tienen que colaborar con Grecia se encuentran a su vez inmersos en serios problemas. Actualmente las cosas han llegado a un punto en el que Grecia no puede ya lograr financiación por sí misma a través de la deuda pública.

Pero también ha quedado claro que Alemania no puede (ni quiere) sostener indefinidamente a países manirrotos. Incluso empiezan a temer que la caída de Grecia afecte a sus propios bancos (con activos griegos que cada vez valen menos) y se rumorea que la quiebra griega está al caer. De hecho si no ha sucedido ya es por los fondos de Alemania y sus avales, si esto falla todo se viene abajo. Y lo malo es que la caída helena podría producir un efecto dominó sobre países como Italia y España que también atraviesan serias dificultades.

El próximo paquete de ayuda a Grecia es de 8.000 millones de euros, cantidad relativamente pequeña pero que muchos piensan excesiva si no va a servir de nada. Por ello Alemania ha anunciado ya que si no se llevan a cabo nuevos y serios ajustes monetarios, no se pagará el rescate. Incluso la misma banca griega se niega ya a financiar a su gobierno.

Pero los recortes exigidos encienden el país y las huelgas y manifestaciones violentas se multiplican. Bruselas exige que se despida al 20% de la plantilla del sector público griego (150.000 funcionarios), privatización de empresas y organismos estatales y disminución salarial de casi un 40%. Y en el horizonte próximo la casi segura salida del euro y tal vez la llegada de funcionarios europeos que se hagan cargo de la economía del país e intenten enderezarla.

Como les decía, en los próximos meses el caos está servido.