SILENCIO POR SILENCIO

SILENCIO POR SILENCIO
Andan revolucionados los foros en internet y parece que tras el silencio cómplice del Gobierno en el caso del Sahara, adobado ahora con la aceptación de las condiciones que Marruecos impone a la prensa para que pueda entrar en El Aaiún en una "visita guiada" y solamente periodistas de El País y El Mundo, lo que da una idea de lo que el Califa y Rodríguez entienden por libertad de prensa, tras el silencio digo, puede hallarse la respuesta largo tiempo buscada del 11-M, "silencio por silencio, favor por favor".

A mediodía del 3 de abril de 2004, la Policía española estaba rodeando un piso de Leganés donde presuntamente se refugiaban los responsables del atentado del 11-M. El que en ese momento era el embajador de España en Marruecos, Fernando Arias-Salgado, telefoneó al ministro de Asuntos Exteriores marroquí, Mohamed Benaissa, y le informó de que los presuntos responsables estaban cercados por la policía.

"Estamos a punto de saber quién es el autor intelectual del 11-M", dijo el embajador español, "pues habrá muchas sorpresas", contestó Benaissa.

Cuando Rodríguez tomó posesión de su cargo, lo primero que hizo fue destituir al embajador de España en Marruecos.

Nunca ha quedado claro el papel jugado por Marruecos en las investigaciones de la masacre pero la "versión oficial" se ha construído gracias a la colaboración "pasiva" del Califa. Es decir, que la versión oficial se construye alrededor, no de los datos, sino de los silencios de Marruecos.

Desde entonces, los acuerdos comerciales, lo que soportamos en la frontera de Ceuta y Melilla, lo de la represión actual en El Aaiún, todo es bastante sospechoso.

Moratinos se entrevistó con Taieb Fassi Fihri, viceministro de interiores de Marruecos, una semana después del atentado del 11-M, cuando aún Rodríguez no había tomado posesión de su cargo, ¿qué tenía Moratinos que tratar con tanta urgencia que no admitía demora y esperar la toma de posesión del nuevo Gobierno? Resulta muy raro.

Al producirse la explosión del piso de Leganés, la policía dice que uno de los cadáveres encontrados en el piso es el del marroquí Jamal Ahmidan, apodado El Chino y se le identifica gracias, al parecer, a que Marruecos envió las huellas digitales para poder cotejarlas con las del cadáver. Pero en el sumario del 11-M no consta nada de esa ficha con las huellas enviada por Marruecos ni tampoco ninguna otra comunicación oficial al respecto enviada por el régimen del Califa. 

Lo único que sabemos de El Chino y que consta en el sumario es que había matado a una persona en Marruecos en el año 2000, saliendo de la cárcel no se sabe cómo en 2003 y viniendo a España para organizar oportunamente la masacre. Sin embargo el sumario de ese supuesto crimen cometido en el año 2000, no aparece en Marruecos por ninguna parte.

En cambio hay muchas huellas del supuesto primo de El Chino, Hicham Ahmidan, de él aparece una tarjeta telefónica en el registro de su casa, que pertenecía al mismo lote que la encontrada en la mochila de Vallecas; sus huellas estaban en el coche de El Chino, falsificó tres matrículas utilizadas por los miembros de la trama; sus huelllas dactilares aparecen en la casa de Morata de Tajuña donde decían que se montaron las bombas; en uno de sus vehículos apareció ropa con el ADN del propietario de la furgoneta encontrada en Alcalá de Henares, furgoneta que presuntamente fue la utilizada para transportar las bombas. Y sin embargo Hicham Ahmidan, el primo que estaba en todas partes, jamás fue interrogado por el juez Del Olmo a lo largo de toda la instrucción del caso, y eso a pesar de que alguna acusación lo hubiera solicitado en repetidas ocasiones.

Una vez acabado el juicio del 11-M, Hicham Ahmidan fue juzgado en Marruecos y condenado por su presunta participación en los atentados de Madrid sin que ninguno de los abogados de las víctimas pudiera participar en el juicio y sin que llegáramos a saber en España en que consistió esa participación.

También es sospechoso el caso de Rachid Tachti, la única persona viva, junto a Hicham Ahmidan, que hubiera podido aclarar quién compró el lote de tarjetas telefónicas que presuntamente se emplearon en los atentados, en el sumario del 11-M consta que ambos, tanto Rachid como Hicham, llegaron a utilizar tarjetas de ese lote, pero "casualmente" cuando uno de los abogados de las víctimas solicitó al juez del Olmo que le tomara declaración, la policía contestó que "acababa de ser expulsado de España" justo tres días antes, en aplicación de la Ley de Extranjería. Muy oportunamente, ¿verdad?.

Pero resulta que meses después, el que había sido expulsado es detenido por apuñalar a una persona en la discoteca Joy Eslava, en Madrid. Entonces dijeron "que habría vuelto a entrar". Pero tampoco entonces fue interrogado.

¿Y qué me dicen de las llamadas telefónicas "premonitorias"? En la tarde del día 3 de abril de 2004 los mandos policiales que se encontraban en Leganés fueron informados por sus subordinados de que los "suicidas" rodeados en el piso, estaban telefoneando a Marruecos para despedirse de sus familiares. Nos dijeron que las llamadas habían sido oportunamente interceptadas por la embajada española en Marruecos y dos funcionarios del Ministerio de Interior marroquí ayudaron a traducirlas. Pero el periódico marroquí Le Journal Hebdomadaire publicó que la petición de ayuda al Ministerio de Interior marroquí para traducir las llamadas, se produjo a las 15:00 horas del 3 de abril, cuatro horas antes de que esas supuestas llamadas se produjeran.

En mayo de 2009 apareció "por casualidad" en Marruecos, Mohamed Belhadj, uno de los huídos del 11-M que supuestamente se había suicidado tiempo antes en Irak. Mohamed fue juzgado en Marruecos por su presunta participación en la trama del 11-M, de nuevo sin que los abogados de las víctimas pudieran interrogarle y sin que hayamos llegado a enterarnos de cual fue su participación en los actos terroristas.

Varios personajes de la trama eran confidentes de los servicios de información marroquíes, pero eso tampoco se ha aclarado.

Muchas son las cuestiones que quedan por clarificar de lo sucedido en Madrid y quizás la clave la tenga el Califa, "silencio por silencio, favor por favor".