martes, 6 de diciembre de 2011
NUEVAS EVIDENCIAS
NUEVAS EVIDENCIAS
Sigue sacando a la luz el diario El Mundo nuevas evidencias de la enorme tomadura de pelo que significó el juicio del 11-M.
La testigo J-70, otra testigo clave para condenar a Jamal Zougam, había intentado en dos ocasiones ser considerada víctima de la masacre y había visto rechazada su petición por última vez el 24 de enero de 2005 para obtener papeles e indemnización por falta de pruebas de que viajara realmente en los trenes, y mira por donde, milagrosamente, resulta que el 7 de febrero de 2005, casi un año después de los atentados, la testigo acude a la Audiencia Nacional y dice que puede reconocer a Zougam. Desde ese instante pasa a ser testigo protegido y cobra una indemnización de 48.000 euros. En tan sólo dos semanas pasó de ser una falsa víctima en situación ilegal a testigo esencial del juicio, ¿no les parece a ustedes una extraña casualidad?
Pues para mayor casualidad, esta testigo, como el que citábamos ayer y la siguiente, todos son rumanos, se conocían entre sí y vivían en Alcalá de Henares, en el mismo barrio. Esta testigo también volvió a Rumanía y se compró allí una casa con el dinero recibido.
Meses antes había comparecido una amiga de esta testigo, la C-65, que también estaba en España en situación irregular y que dijo igualmente reconocer a Zougam después de que su fotografía fuese difundida por la policía.
La testigo J-70 acudió con su amiga, la testigo C-65, a la asociación de Pilar Manjón para averiguar el modo de obtener papeles que legalizaran su situación en España porque de no obtenerlos no se permitiría la entrada en nuestro país de su hija hasta que Rumanía no ingresase en la Unión Europea.
Por cierto, se sabe ahora también que cada vez que las acusaciones particulares, durante el juicio, trataban de interrogar a estas testigos sobre estos temas eran sistemáticamente interrumpidas por el Juez Gómez Bermúdez.
Es imprescindible que se siga investigando, que la juez Coro Cillán llegue hasta el fondo y se conozca porqué se destruyeron los trenes.
Cuando la Policía se enfrenta a un crimen, cualquier crimen, lo primero que se pregunta es a quién beneficia y quién intenta destruir pruebas, porque eso identifica al culpable. Eso es lo que tenemos que preguntarnos todos los españoles de bien con respecto de la masacre del 11-M.
En nuestro corazón permanecerá siempre encendida una vela en memoria de aquellas víctimas inocentes, ellas merecen nuestro recuerdo y que alguna vez se haga justicia.
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