PARECERÍA DE RISA SI NO FUERA TAN ABYECTO
Todo el asunto Urdangarín rezuma estupidez por los cuatro costados y sería cosa de reírse si no fuera por lo especialmente abyecto del tema. La cantidad de rastros que ha ido dejando hacen dudar de su inteligencia, o bien deseaba ser pillado y castigado en su subconsciente. Por ejemplo que fundara una ONG para niños con cáncer para utilizarla para evadir dinero a Belice. Cuando leemos esto en la prensa dan ganas de vomitar.
Ahora se ha publicado que eludió el servicio militar en 1995, que era obligatorio entonces y le tocaba ir a Ceuta, alegando una sordera de origen "traumático", que se había ido agudizando y era ya completa. Sin embargo nunca se ha visto en las fotos con ningún aparato, debe ser otra trapacería más.
La sociedad Aizoon, propiedad al 50% de Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarín, emitió facturas falsas de servicios jamás prestados para engañar a Hacienda, según documentos a los que ha tenido acceso el diario El Mundo. Como Aizoon tenía su sede en el palacete que se compraron en Pedralbes, Barcelona, sede que cambiaron de prisa y corriendo cuando les dieron el chivatazo de que estaban siendo investigados, hubiera sido registrado el palacete por la Policía de no hacer el cambio a tiempo.
También se ha publicado que tiene Urdangarín negocios con Alwaleed Bin Talal Bin Abdulaziz Alsaud, príncipe multimillonario de Arabia Saudí, acusado en España de violar a una modelo madrileña de 23 años, a la que presuntamente drogó antes de violarla durante una fiesta en Ibiza, en El Divino, en el verano de 2008, y cuando la chica despertó estaba en el yate con el príncipe en posición de "presentar armas". Encima le dijeron que sería peligroso para ella comentar el asunto o denunciarlo. De momento, el príncipe ha enviado como prueba de que estaba en otro lugar en esa fecha unas fotos que se han descubierto amañadas con photoshop, pues la joven que aparece con él en la foto tiene dos pies derechos y ninguno izquierdo, cosas de las prisas. Además amenaza, si es imputado, con cancelar la concesión del AVE que unirá La Meca con Medina, valorada en casi 7.000 millones de euros. Parece que piensa que el dinero lo puede todo, ya veremos si es así. De todas formas no parece la compañía más honorable para hacer negocios.
Ya hasta el príncipe se ve obligado a decir en su discurso de presentación que su Fundación Príncipe de Girona es honesta y transparente, para que nadie se confunda; seguramente es él el más dañado por las trapisondas de su cuñado y si no le ponen remedio pronto este asunto puede costarle muy caro a la Corona.
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