jueves, 1 de diciembre de 2011

EL CLAMOR POPULAR




EL CLAMOR POPULAR

Los ciudadanos no son conscientes de su propia fuerza. Estos días hemos visto como gracias a la presión ciudadana los anunciantes se retiraban de un programa de Tele5 y lo dejaban una semana sin anuncios y han tenido que suplicarles y bajar tarifas y aún así, las mejores marcas no han vuelto a ese programa. Porque el programa pagó cerca de 9.000 euros a la madre del Cuco, implicado en el asesinato de Marta del Castillo, y no ha pedido perdón por ello a la audiencia, es más se vanaglorian de la entrevista.


Pero olvida la cadena de televisión que la audiencia es soberana y si dice que algo le molesta y que no comprará marcas que allí se publiciten, las marcas prefieren no arriesgar su negocio.


Por las mismas razones, el clamor popular, la Fiscalía de Vigilancia Penitenciaria se ha visto obligada ahora a recurrir el tercer grado de Jaime Chaves, del que hablábamos aquí el otro día, que fue condenado por abusos sexuales a dos menores en el colegio de Jerez en el que daba clases de paddel.

Resulta que Jaime Chaves ya fue condenado por exhibicionismo en 2003 (bonito curriculum para dar clases en un colegio, por cierto) y la Fiscalía no tuvo en cuenta este historial al concederle el tercer grado, que le permite ir al Centro de Inserción Social Luis Jiménez de Asua, de Sevilla, solamente a dormir, de lunes a jueves, y le deja todo el día libre y los fines de semana para sus asuntos, que ya vemos en qué suelen consistir. Ahora se da cuenta la Fiscalía que su actitud ante el delito (siempre de la misma tipología)  no parece la adecuada para concederle el tercer grado.

Se da la circunstancia, además, de que debería haber sido condenado a cinco años y medio y la jueza rebajó la pena a tres años y medio por la inusitada tardanza del abogado defensor en llevar el caso, que perjudicaba al detenido. Curiosa técnica procesal ésta de la tardanza, que debería llevar adjunta un castigo al letrado, no liberalidad con el delincuente.

Ahora dice Chaves que está dispuesto a recibir tratamiento y alega en su descargo que en este tiempo, desde que se puso la denuncia de los hechos, se ha casado y ha tenido una niña.  No veo que estos últimos hechos mejoren los pronósticos de futuro dada la tipología del delito.

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