Menuda bronca se ha formado en el Gobierno con las declaraciones del secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado. Y eso que lo que ha dicho se limitaba a poner sobre la mesa un tema que está en boca de todos: el incumplimiento de la jornada laboral por parte de muchos funcionarios.
Dijo textualmente que: "tienen jornada completa pero trabajan cuatro horas y dedican el resto del día a tocarse las narices".
El Ministro de Trabajo ha salido inmediatamente al quite tratando de convencernos de que se trataba de una mera "reflexión", pero que no se les va a reducir la jornada a los funcionarios. O sea, no niega la mayor pero le tiene miedo a los sindicatos. Hay que recordar que España supera en rigidez laboral a países como Zimbaue o Ghana y que nueve de cada diez parados europeos, son españoles.
Además, España es de los países que ponen más trabas a la hora de abrir un negocio pero con tal de que los sindicatos no hagan una huelga general, aquí vale todo, a pesar de que los mejores economistas del país ya han advertido que sin reforma laboral no saldremos de la crisis.
Estamos endeudados hasta los ojos, pero aún Rodríguez va a endeudarnos más con su reforma del "reparto de la tarta a las autonomías", pero nadie pone el dedo en la llaga y dice la verdad, que se dan fondos para Sanidad, por ejemplo, y se gastan la mitad en Sanidad y la otra mitad en embajadas ilegales y sueldos de 12.000€ al mes para que el hermano del malabarista de turno se pasee por París, así no mejora el nivel de las autonomías, sino el nivel personal de algunos políticos.
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