domingo, 9 de noviembre de 2008

HACE 70 AÑOS

La noche de los cristales rotos o el comienzo del Holocausto

Como se terminó con los niños

Monumento conmemorativo de aquella noche en un campo de concentración nazi.


Hoy hace 70 años de la "noche de los cristales rotos", prólogo del Holocausto. Y constatamos que la humanidad no ha aprendido nada desde entonces.


Hace 70 años de la noche del 9 al 10 de noviembre de 1938, de la Reichspogromnacht o Novemberpogrome, la que llamamos "noche de los cristales rotos" por los miles de cristales de tiendas judías que llenaron sus calles esa noche, ocurrida en Austria y Alemania, dirigida contra judíos y que fue, en realidad, el primer paso hacia el Holocausto. España se desangraba entonces en su propia contienda y prestó poca atención a lo que estaba pasando. El mundo andaba pendiente de la invasión japonesa de China y la guerra española y no podía prever lo que se estaba gestando entre los nazis.
El prólogo había sido la deportación de más de 20.000 judíos de origen polaco que vivían hasta ese momento en Alemania y que Polonia rechazó admitir durante muchos días, con el consiguiente sufrimiento para esas personas.
En Francia, un judío alemán que había logrado escapar, Herschel Grynszpan, recibió noticias de lo que estaba ocurriendo a través de su familia, supo que sus padres habían sido detenidos y deportados y acudió al secretario de la Embajada alemana en París, Ernst Vom Rath, para tratar de conseguir ayuda para los suyos. No recibió más que palabras durante varios días hasta que, desesperado, el día 7 de noviembre, convencido de que solamente le estaban dando largas y no pensaban hacer nada, le disparó. Vom Rath falleció el 9 de noviembre por la tarde a consecuencia de estos disparos.
Esta fue la excusa perfecta que desató la matanza. 1.574 sinagogas fueron destruidas en toda Alemania, los cementerios judíos devastados, más de siete mil tiendas destrozadas, 30.000 judíos detenidos e internados en campos de concentración y casi 100 muertos entre judíos y aquellos que "parecían" judíos. Lo mismo ocurrió en Austria. Pero aquella noche, además, Hitler aprovechó para que fueran igualmente masacrados todos los que podían hacerle sombra política y muchos homosexuales a los que había conocido personalmente (y demosle aquí a la palabra conocer toda la amplitud que los mismos homosexuales le dan).
A pesar de que todo había sido planeado y perpetrado por el gobierno nazi, se obligó a los judíos a pagar mil millones de marcos al gobierno por las revueltas y "crímenes abominables". Había comenzado así la más atroz cacería de unos seres humanos sobre otros que daría como resultado la muerte de seis millones de judíos.
Y lo más terrible de todo esto es que se esté permitiendo el resurgimiento de nuevos grupos nazis tantos años después. Parece que la humanidad nunca escarmienta.

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