miércoles, 7 de marzo de 2007

DE VERGUENZA, VALENCIA

Siempre se consideran nacionales y por lo tanto compartidos y celebrados por todos, los triunfos de nuestros deportistas a escala mundial. ¿Pero y cuando meten la pata hasta el fondo? Creo que también debe ser una verguenza nacional. ¿Qué dijo Marchena a Budisso? ¿y qué pinta Navarro, que ni siquiera estaba jugando, saliendo en chandall a agredir sin mediar palabra? ¿qué deportividad es esa, señores?. Y el vestuario valencianista lleno de italianos que iban a por todas después de esto, y los jugadores del Valencia, sin atreverse a entrar en su propio vestuario, y el árbitro y jueces de línea, en el centro del campo, sin atreverse a salir del cesped. ¿por qué convertir una victoria en una verguenza?, ¿por qué convertir el deporte en una pelea barriobajera?. Hace poco hemos asistidos a unos hechos igualmente deleznables en un partido Sevilla-Betis, con el resultado de un entrenador herido de un botellazo. ¿Pero es que hemos vuelto a la selva o estamos tan crispados que ya no sabemos distinguir el bien del mal? O se pone fin con determinación a este tipo de cosas o se nos acabarán yendo de las manos y entonces será tarde para rectificar. No esperemos a que haya muertos en un campo de futbol.

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