martes, 6 de marzo de 2007

GONZALEZ VERSUS RODRIGUEZ

Dice Felipe González que él hubiera actuado igual que Rodríguez, de estar en su lugar, en el caso de De Juana. Pero el caso es que sí estuvo en su lugar y no cedió al chantaje. El padre del grapo José Manuel Sevillano, que murió en julio de 1990, como consecuencia de una huelga de hambre, envió una carta personal a Felipe González solicitando que interviniera para salvarle la vida. González, no intervino. Una vez muerto el grapo, el entonces Fiscal General del Estado, Leopoldo Torres, dijo que esta muerte era tan lamentable como la de las víctimas, con la diferencia de que estas no tuvieron posibilidad de decidir su destino. El entonces Ministro de Justicia, Enrique Múgica, dijo que ni el Gobierno ni la sociedad eran culpables en absoluto de la muerte de Sevillano, sino la propia organización terrorista Grapo y que si había un martir, este era el Dr. José Ramón Muñoz, asesinado por los Grapos en Zaragoza, en marzo de 1990 por haber atendido a dos miembros de la banda terrorista que se encontraban en huelga de hambre. Igualito que ahora, vamos, exactamente igual. Y lo dice González, con esa misma expresión de sinceridad con la que decía que se enteró de lo de Filesa por la prensa. Ay, Felipe, Felipe, cuidado, que el terror, como el cartero, siempre llama dos veces.

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