JUBILACIONES

Hace tiempo que Bruselas viene recomendando alargar la vida laboral y nos advierte que en 2050 habrá 58 millones más de europeos mayores de 65 años, mientras los que estén en activo serán solamente 48 millones. El Consejo de Ministros acaba de remitir a las Cortes un Proyecto de Ley sobre la reforma de la Seguridad Social que recoge el acuerdo alcanzado hace seis meses entre el Gobierno, Patronal y Sindicatos con medidas encaminadas a alargar la vida laboral para que el actual sistema de pensiones siga siendo viable. La reforma incluye el aumento del período mínimo de cotización, de 12 a 15 años, la exigencia de tener cumplidos 61 años para jubilarse de manera parcial, es decir, un año más que en la actualidad, y el incentivo de un 2% anual en sus pensiones para los que decidan trabajar después de los 65 años.
Lo que hasta ahora nadie ha planteado, porque creen que perderían votos y no se atreven, es que hay que pasar del Sistema de Solidaridad del reparto actual, que procede de los esquemas del Estado del Bienestar de los años 50 en Europa, basado en que la generación que trabaja, paga a la que está parada, a un Sistema de Capitalización, en el que cada uno cobre en función de lo que haya cotizado. Nadie se planteó en aquellas fechas que la generación que trabaja iba a ser cada vez menor y la que no trabaja cada vez mayor, por el aumento de la esperanza de vida. El principio de solidaridad intergeneracional en que se sostiene el sistema actual se va a pique, pero ningún politico se atreve a decirlo en voz alta. Otras economías europeas hablan ya de retrasar la edad de la jubilación a los 70 años. Pero en España, esta medida es impopular. Sigue habiendo muchas empresas que prefieren prejubilar a trabajadores con sueldos altos y cotizaciones salariales mayores, para sustituirlos por jovenes con salarios bajos y cotizaciones menores. No se valora ya la experiencia. Actualmente hay más de un millón de trabajadores en situación de prejubilación. Pero esta masa social en perfecto estado de salud física y mental y apta para trabajar, que cobra sin hacerlo, es una carga para la sociedad y la empresa que no podremos soportar mucho más tiempo.