miércoles, 22 de agosto de 2007

AUTOCONTROL

Según un estudio publicado recientemente en The Journal of Neuroscience y realizado entre otros científicos por el Dr.Marcel Brass, del Instituto de Ciencias de La Conducta Humana y el Cerebro Max Planck, de Leipzig (Alemania) y por Patrick Haggar, del University College de London, la capacidad de autocontrol reside en una zona diferente del cerebro a la de pensar acciones intencionadas, o la de seleccionar entre diferentes alternativas. La identificación de este área puede ayudar a explicar algunos trastornos psiquiátricos de alteraciones del autocontrol.
Los resultados del estudio amplían la comprensión de la base neurológica de la toma de decisiones y explica, en parte, por qué unos individuos se muestran impulsivos y no pueden esperar y otros, en cambio, se muestran reacios a actuar.
Existe una diferencia muy clara entre sentir el deseo de golpear a alguien y hacerlo realmente. Estos científicos realizaron unas pruebas con quince voluntarios sanos, para conocer si los lóbulos frontales del cerebro están relacionados, como se viene pensando hasta ahora, con la capacidad de autocontrol.
A los participantes en las pruebas se les solicitó que decidieran libremente si presionar o no un botón mientras observaban un reloj de pulsera. Y que, más tarde, cancelaran su intención de hacerlo.
Mientras que los voluntarios llevaban a cabo estas acciones, se tomaron imágenes de resonancia magnética funcional para valorar la actividad cerebral. De este modo se pudo comprobar que cuando los participantes controlaban sus impulsos, se activaba la corteza medial dorsal (en la línea media del cerebro, sobre los ojos), pero no la corteza pre frontal. Además, se pudo observar que aquellos participantes que tenían una mayor actividad en el área fronto medial, inhibieron sus aciones con más frecuencia. Es lo que Marta Farah, de la Universidad de Pennsylvania (EEUU) llama, "libertad de no querer, frente a libertad de querer".
Es importantísimo este hallazgo porque el autocontrol está relacionado con importantes enfermedades psiquiátricas, desde el déficit de atención y trastornos de personalidad, hasta adicciones a sustancias, máquinas recreativas etc...Es por ello que los investigadores creen que estas identificaciones de los procesos cerebrales que son primordiales en la personalidad del individuo, e importantes igualmente a nivel social y legal, pueden tener profundas implicaciones neuroéticas.

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