lunes, 13 de agosto de 2007

LA VIDA EN LOS OJOS

Y la niña que no aparece, ni viva ni muerta, que nos mira desde la foto con sus ojos chispeantes y llenos de vida, con esa cara riente, que irradia ternura e inocencia feliz, con toda la dulzura de la infancia... y nos vuelven locos con las noticias a cuenta gotas, que sí, que no, en una tarara terrible y dolorosa, que merendó junto a sus padres, alegre, a las 18, 30h del fatídico día de su desaparición, en una céntrica cafetería del pueblo, que no se la volvió a ver después. Y es que ahí está el quid del asunto. ¿quién estuvo encargado de ir a asegurarse de que los niños estaban bien durante la cena? (Ya es bastante sorprendente dejar solos a niños de tan corta edad sin saber si van a despertarse y ponerse a jugar con un mechero, por poner un ejemplo; padres acomodados como parecen ser, bien podrían haber pagado a una" canguro").¿Dejaron que fuera el marido de una amiga, asistente a la cena, el que fuera a asegurarse de que todo iba bien o fué alguno de ellos, padre o madre, como parece más normal, a verlos? ¿Quien fué el último en ir, antes de darse cuenta de la desaparición? ¿Cómo es posible que no sean capaces, los asistentes a esa cena, de aclarar una cosa tan sencilla? ¿Y la policía, tampoco es capaz de ayudarles a poner en pie quién se encargó de eso? Todos son misterios y sospechas, y ahora la sangre saltando sobre el silencio de todos, que hable pues la sangre reveladora y nos de la verdad, la verdad de la vida, o la verdad de la muerte, en definitiva, la verdad solitaria de la niña que nos mira, inocente e indefensa.

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