DIVERSIDAD Y COMUNIDAD

Robert David Putnam, nacido en Port Clinton, Ohío, estudió en las Universidades de Oxford y Yale, doctorándose en 1970. Dió clases en la Universisdad de Míchigan hasta 1984, año en que se trasladó a la Universidad de Harvard, donde continua hoy en día como profesor de la cátedra Dillon de Asuntos Internacionales. Se hizo muy famoso en los años 90 con un ensayo que publicó en el que opinaba que la sociedad americana estaba en vías de desintegración, "Bowling Alone: The Collapse and Revival of American Community "(Jugando solos a los bolos: Colapso y Resurrección de la Comunidad Americana), en su ejemplo venía a decir que habían aumentado los judadores de bolos pero habían disminuido los equipos.
Ahora acaba de publicar en EEUU un nuevo libro que dará que hablar "E Pluribus Unum: Diversity and Community in the 21st Century" (De muchos, uno: Diversidad y Comunidad en el siglo XXI).
Esta obra que ahora publica es el resultado de un amplio trabajo de campo que ha tardado cinco años en culminar y durante el cual ha realizado 30.000 entrevistas en 41 localidades de EEUU, tanto grandes como pequeñas.
Su conclusión viene a desafiar claramente la idea mantenida por el progresismo norteamericano (y el español), desde el "centro derecha" hasta la izquierda más sesgada, de que "nuestra diversidad es nuestra fuerza".
Todo el trabajo de Putnam le lleva a entender que en contra de sus propias creencias progresistas, la diversidad étnica y racial puede resultar devastadora para las comunidades, además de destruir los valores de esa sociedad comunitaria. Cuanto mayor es la diversidad, dice, mayor es la desconfianza que se genera y el "desentendimiento" de los miembros de la comunidad. La gente acaba, no solamente desconfiando de los extraños, sino de los que son como ellos mismos, incluso de sus propios amigos más íntimos. Según Putman, la gente se recoge como una tortuga dentro de su concha, en una postura defensiva contra todos. Esperan menos de la sociedad y hacen cada vez menos por la sociedad ellos mismos, incluso ni votan ni se empadronan, en ellos solamente anida la desilusión y se apoltronan en un sillón masticando su frustración, mezclada con palomitas y hamburguesas, frente al televisor.
Estas terribles conclusiones las ha sacado tanto en sociedades grandes, como Chicago o Los Angeles, Boston etc..., hasta las áreas rurales de Dakota del Sur o las regiones montañosas de Virginia.
Además, este efecto de desentenderse de todo y de desintegrarse como indivíduo se da en todas las edades, incluso en los más jóvenes y tampoco se ve afectado por el nivel socioeconómico.
Esto le hace plantearse que EEUU se enfrenta a un nuevo y fatal factor de decadencia que amenaza con arruinar la República. pero la ruina de EEUU afectaría muy gravemente a todo Occidente. En ese caso hipotético, el mundo antioccidental, se tomaría la revancha definitiva. Sin EEUU, cualquier desastre sería posible, recordad como salvaron a Europa con el desembarco de Normandía, en la operación Overlord, el 6 de junio de 1944, en una operación militar plagada de dificultades que culminó con éxito.