Esta es la organización tan poco organizada que dirigía el Grupo.
Atardecer en Setúbal
Cualquiera que se disponga a emprender un viaje se preocupa de conocer al detalle el recorrido que va a realizar y mucho más si se trata de hacer senderismo. Y si es una empresa encargada de hacer acampadas con niños, las precauciones deberían extremarse.
La Fiscalía portuguesa de Sesimbra acusa de homicidio por imprudencia temeraria a los monitores y al director de una asociación de "boy scouts", del barrio del Pilar, en Madrid, por llevar a un grupo de chicos en una marcha de más de ocho kilómetros, sin agua suficiente y con temperaturas extremas que acabó con la muerte de un menor, Diego Amador, de 13 años, por "golpe de calor y sobre esfuerzo", según recoge la autopsia.
El niño además había tomado paracetamol de 1gr que le habían recetado en el hospital de Setúbal para bajarle la fiebre y el dolor por un golpe que se dio el día anterior en un pie. De nada de esto avisaron al padre que estaba en la ciudad con idea de visitar al niño y a un hermano que también iba en la excursión.
Carece de sentido obligar a un enfermo a una caminata de esas características y encima con el pie lastimado, pero además no conocían el camino y se perdieron. Al final, el chico cae al suelo y comienza a delirar. En medio del campo, sin conocer el camino, como estaban a 38º de temperatura además y sin agua ya, se fueron a buscar ayuda a una mina que estaba a hora y media de allí. Cuando por fin llegó al hospital, el niño iba prácticamente muerto. Al resto de los niños tuvieron que ayudarles los bomberos y la policía, ya no podían más.
El padre del fallecido se queja de que ni siquiera se pusieron en contacto con él desde la organización, como si no fueran los responsables y la muerte no hubiera existido.
¿En manos de quiénes dejamos a nuestros hijos? Es bueno pensar esto ahora que se avecina una época de buscar cursos y campamentos de verano.
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