lunes, 20 de abril de 2009
ALGO HABRÁ QUE HACER
Francia ha elevado la base de cálculo de las pensiones de 15 a 25 años, Alemania ha alargado la edad de jubilación de 65 a 67 años, Dinamarca está alentando los planes complementarios de pensiones, así que está muy claro que en España, con una tasa de desempleo superior a la de esos países, algo habrá que hacer con las pensiones antes de que el castillo de naipes se venga abajo. Para ello nada mejor que convocar de nuevo a todas las fuerzas políticas y agentes sociales y revisar el famoso Pacto de Toledo, que se firmó en el año 1995 para excluir las pensiones de la batalla política y cooperar entre todos los partidos para asegurar el sistema público de previsión, y puso fin al debate generado por Felipe González en televisión, con motivo de las elecciones de 1993, al acusar falsamente al entonces candidato del PP, José María Aznar de querer reducir las pensiones en ocho mil pesetas, de las de entonces, al año.
Precisamente fue el Partido Popular el que comenzó a resolver el problema cogiendo entonces el toro por los cuernos y, mediante un pacto con CCOO y UGT (y el rechazo de la CEOE), logró ampliar de ocho a quince años el periodo de cotización exigido para calcular la cuantía de la pensión y bajó del 60% al 50% el nivel de renta que puede cobrar un jubilado si solamente ha cotizado durante quince años. Medidas que pudieron parecer impopulares en su momento pero que se han demostrado más que necesarias.
Cuando Miguel Angel Fernández Ordoñez dice que tenemos un serio problema con la Seguridad Social, lo hace desde la más estricta realidad que conoce perfectamente por su cargo, no lo hace, desde luego, vigilando por el rabillo del ojo a los 18 millones de trabajadores y a los ocho millones de pensionistas como la clientela que da y quita votos, que es como la miran desde el Gobierno, y por eso mienten como mienten, porque creen que la verdad les resta votos, en la falsa idea de que los ciudadanos prefieren vivir engañados a tomar conciencia de la realidad.
Visto con una mirada objetiva, y no interesada en los votos, para cualquiera está claro que habiendo disminuido la población, será necesario incrementar el esfuerzo contributivo de los trabajadores si queremos seguir manteniendo con las mínimas garantías un nivel de vida digno a todos los pensionistas.
Actualmente la Seguridad Social costea 8,4 millones de pensiones, pero en pocos años esto se va a desbocar en cuanto se jubilen las personas nacidas en el "baby boom" de los años 60, cuando la población, que anteriormente había sido muy mermada por la Guerra Civil y las dificultades alimentarias de la postguerra, creció enormemente.
Alguien debiera decirle a Rodríguez que es posible que con sonrisitas y buenas palabras se ganen votos, pero no se resuelven problemas si no se toman las decisiones adecuadas en el momento oportuno. Y conste que mucho de lo que ahora nos pasa es culpa de haber negado la crisis desde finales de 2007 y a lo largo de todo el año 2008. Si se hubiera afrontado entonces la situación, otro gallo cantaría ahora. El primer deber de un dirigente, y mucho más si lo que dirige es una nación de millones de habitantes, es, tal y como la palabra indica, dirigir, no dar palmaditas en el hombro a unos y otros haciéndose el simpático sin resolver nunca nada.
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