jueves, 13 de septiembre de 2007

EL LUJO Y EL DECORO

En ocasiones el gusto por el lujo puede hacer perder de vista la propia escala de valores, la más mínima ética.
La diócesis católica de Bridgeport, en Connecticut (Nueva Inglaterra, EEUU), ha prometido restituir las donaciones que un sacerdote de su jurisdicción apostólica se fué embolsando durante más de siete años, sin el más mínimo rubor, en su propia cuenta corriente.
Jude Fay (¿El nombre hizo al hombre o viceversa?), ex párroco de San Juan, en Darien, se compraba las mejores joyas en Cartier para su madre y para él, tenía un Jaguar con el que paseaba a su madre, pagó más de 130.000 dólares en hoteles, a los que iba con su madre. En suma un buen hijo, lo malo es que el dinero que gastaba era de los fieles.
Se gastó más de 25.000$ en una fiesta para celebrar el 25 aniversario de su ordenación sacerdotal y se compró un apartamento en Florida y otro en Filadelfia, quizás también para contentar a su madre que debía de estar encantada con una "profesión" como la de su hijo, que daba tanto dinero. El mismo, calcula que puede haberse apropiado de más de un millón de dólares de las donaciones de los fieles para la iglesia. Está en libertad bajo fianza de 50.000$. La sentencia se dictará el próximo 4 de diciembre.

No hay comentarios: