sábado, 29 de diciembre de 2007

YA LLEGA 2008



Patio de Nino, en Alconchel de la Estrella.


El próximo lunes, día 31 de diciembre acaba 2007. Esa noche, a las 12 en punto, nos atragantaremos con 12 uvas al ritmo de las campanadas sin más motivos que el que en 1909 unos cosecheros de uvas alicantinos inventaron este ritual para sacarse de encima un excedente de uva. Pero qué duda cabe que si nos empeñamos en que las uvas traen suerte, la traerán. Y habrá quien por el mismo motivo, la suerte esquiva, luzca para atraerla ropa interior roja.
En realidad, desde que Julio César reestructuró el calendario en el año 47 a. de N.E. siguiendo instrucciones de un gran matemático alejandrino, instaurando el mes de enero como el de inicio del nuevo año, en lugar de marzo, como se hacía hasta entonces, parece que el dios Janus bifronte, que presidía enero, trajo consigo las dos caras, la del anciano que se aleja, decrépito, y la del joven que llega, gozoso de promesas. Los romanos también se hacían, como nosotros ahora, regalos para celebrar el Año Nuevo, higos, tarritos de miel, hojas de laurel y bolsitas de pasas para que el Nuevo Año trajera dulzura y amor. Y una bolsa con monedas para que la suerte los enriqueciera.
En todos los países que celebran la entrada del Nuevo Año se sigue algún tipo de ritual para atraer la suerte y dejar atrás el pasado.
Dicen que atrae el dinero brindar con una copa de Moët- Chandon en la que hayamos sumergido un anillo de oro. (Claro que si brindamos con ese champagne, es que ya tenemos dinero, ¿o no?)
Otra tradición habla de poner en un bol una castaña grande, hermosa y brillante y cubrirla con hojas de laurel verde y esconder este bol en un armario de la cocina sin volver a tocarlo en todo el año, esto traerá salud y prosperidad a la casa.
En fin, que cada cual realice los ritos que más le guste, pero no olviden nunca brindar también por la Tierra y por aquellos que se fueron porque esa tradición se remonta mucho más allá que la de los romanos y entronca con las primeras civilizaciones. Y con ritos o sin ellos, que la suerte les sonría a todos en 2008.

No hay comentarios: