martes, 28 de diciembre de 2010

LA TEORÍA MARGALIT



LA TEORÍA MARGALIT

Avishai Margalit es, además de un reputado ensayista,  un gran especialista en filosofía y economía, cada vez más volcado en explicar las cuestiones sociales.

Y explica que desde Platón la filosofía política se ha ocupado de la cuestión de la sociedad justa, pero no de la cuestión de la sociedad decente. La búsqueda de la decencia, entendida principalmente como de ausencia de la humillación, tiene prioridad sobre la búsqueda del ideal de justicia.

Una sociedad decente, desde el punto de vista de Margalit, es una sociedad cuyas instituciones no humillan a sus miembros. El ideal de la sociedad decente, no humillante, es más urgente siempre que el de una sociedad justa.

La sociedad decente tiene para Margalit las manifestaciones esenciales del respeto por la privacidad, la ciudadanía plena, el pleno empleo y resistir la tendencia a reemplazar los mecanismos de distribución justa de los órganos de bienestar social y la caridad.

Considera que la dignidad humana y el respeto humanos, constituyen las piedras angulares de la sociedad contemporánea, la política y la teoría jurídica. Nos habla de compromisos aceptables y compromisos podridos que deben ser rechazados por los ciudadanos como inaceptables. Un compromiso con ETA, sería un compromiso podrido, por ejemplo.

Su libro "La sociedad decente" (1996) publicado en España por Paidós es muy recomendable para entender esto.

En España estamos viviendo en una sociedad que no es decente, con unos políticos que nos humillan a diario, con su parasitismo, su holgazanería y cara dura y que le toman el pelo a los ciudadanos.

En una España con cinco millones de parados ellos siguen derrochando en coches, dietas, viajes, subvenciones a los amiguetes de turno, festejos, regalos y sinecuras de todo tipo.

Los poderes públicos, desde el gobierno, las autonomías, los ayuntamientos, sindicatos e instituciones sin cuento, están humillando a los ciudadanos y tenemos no sólo el derecho, sino el deber de no consentirlo ni un minuto más.

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