IMPRESENTABLES

IMPRESENTABLES

Mucha petición de Democracia Real ¡Ya! pero a la hora de la verdad resultan más impresentables que aquellos a quiénes critican.

Al principio, muchos compartíamos algunas de las ideas de los indignados del 15-M, la austeridad obligatoria de los políticos, la preocupación por el paro que padecemos, las listas abiertas, la limitación de los mandatos etc..., pero la cosa comenzó a derivar en pulgas y caspa ya en la misma Puerta de Sol hasta llegar al bochornoso e impresentable espectáculo de ayer ante el Parlamento de Cataluña. Así no se hace una nueva democracia sino la dictadura del más violento.

La policía y sobre ellos el Ministerio del Interior, es decir Freddy, debe velar porque no sucedan estas cosas y está haciendo ostensible dejación de funciones desde hace mucho tiempo hasta desembocar en lo de ayer. Eso de perseguir a los diputados, elegidos democráticamente por el pueblo, a garrotazos, con insultos, con sprays destroza trajes, tratar de robarle el perro-guía a un diputado ciego, son cosas nunca vistas en la historia de la democracia española y que no se deben consentir. No sólo es un atentado a la convivencia pacífica de todos los ciudadanos sino que conforman unos delitos muy graves por los que se debe pedir cuentas a los responsables.

Encima, preguntado Rodríguez por los periodistas si le preocupa esta deriva de los del 15-M, va y responde escuetamente: "no". Si no le ha importado España en siete años de legislatura, no le van a preocupar un puñado de violentos a estas alturas, total para el tiempo que le queda más vale no preguntarle nada.

Por otra parte, es sorprendente que Artur Mas y un puñado de diputados acudan en helicóptero y los demás tengan que entrar jugándose la vida, o todos o ninguno.

La democracia se mejora con ideas y dentro de la misma democracia, los que se lían a garrotazo limpio deben volver a las cavernas de donde salieron y dejar a las personas civilizadas llevar adelante sus proyectos.

Y si las cosas se siguen dejando correr sin tomar medidas y un día se producen heridos o muertos, ya nos contará Freddy por qué no ha puesto remedio antes, tal y como le corresponde. Con su actitud y su dejadez, no contestando ayer siquiera a los periodistas que deseaban saber qué iba a hacer para arreglar el desastre, Fredy esta vez ha cruzado el Rubicón de su propia incompetencia. Alea iacta est.