martes, 26 de abril de 2011

DE PELÍCULA



DE PELÍCULA

No puede calificarse de otra manera la "actuación" del fiscal anticorrupción, Juan Carlos López Caballero, tratando de asustar, intimidar y confundir con su interrogatorio al inspector policial José Manuel Rando, que estuvo por su trabajo en el zulo de Roca, un altillo del edificio Poseidón donde al parecer guardaba los "papeles más secretos" y donde se hallaron precisamente los papeles que vinculaban al denominado "J.A.G." (presuntamente alto mando del Ministerio del Interior ascendido como la espuma ya desde los Gal pero al que el Gobierno no desea poner nombre y la Justicia, parece que tampoco),  con los sobornos del Caso Malaya.

La tomó pues el fiscal con el inspector policial y le preguntó varias veces por qué en el auto del registro no figuraba su número identificativo del cuerpo. "¿Estuvo usted allí el 4 de abril a la una de la madrugada o no estuvo?", insistía una y otra vez el fiscal, contestando todas las veces el inspector que sí. Lo más gracioso es que toda esa insistencia era puro teatro pues el día de autos a la una de la madrugada no sólo estaba allí dicho inspector sino el fiscal que ahora pregunta y el juez Torres, ambos presenciando el registro y viendo, por lo tanto, cara a cara al inspector mientras efectuaban dicho registro. Pero claro, como las siglas de marras son tabú, hay que echarle sobreactuación peliculera al asunto.

El final de todo esto será que a J.A.G. lo vuelvan a ascender y aquí paz y después gloria, porque este individuo debe tener a más de uno agarrado por los co...ntroles por todos los hechos pasados, que son muchos y el silencio hay que pagarlo. País.

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