DERECHOS HUMANOS
Cuando se habla de Derechos Humanos algunos se apuntan rápidos, como le ocurre a Francisco González del BBVA, pero todo es puro marketing, no hay nadie menos de fiar que un banquero, sobre todo en asuntos de negocios.
Por si no fuera suficiente con que el BBVA expropie a famosos investigadores, financie la fabricación de bombas de racimo sin el menor rebozo, o incluso armas nucleares, ahora van a financiar una obra polémica y terrible.
Se trata de un embalse, el de Ilisu, sobre el río Tigris, al sureste de Anatolia, que de llevarse a cabo afectaría a 78.000 personas a las que no darían indemnizaciones dignas, ni proporcionarían realojo en otra parte. El éxodo bíblico se va a quedar en nada con esas personas vagando sin casa. Pero además el proyecto destruiría más de 400 yacimientos arqueológicos y sumergiría bajo las aguas a Hansakeyf, una ciudad de más de 12.000 años de antigüedad en la cuna de nuestra civilización, inundaría un ecosistema que se perdería para siempre y produciría un grave deterioro en la calidad del agua del Tigris, que además fluye por otros países, como Irak, a quiénes bloquearía y controlaría el flujo de agua en contra de todas las normas internacionales.
Y esto lo va a hacer el BBVA después de firmar los Principios de Ecuador y la Iniciativa Financiera de PNUMA y reafirmarse constantemente en que desean aplicar el contenido de la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto Mundial, los Pactos de la OIT y la OCDE y todo lo firmable. Firma pero no cumple.
Otras empresas y países se han retirado del polémico proyecto al darse cuenta del berenjenal que representa y el desastre ecológico que producirá. Ya en 2001 la constructora británica Balfour Beatty y la compañía italiana Impregilo abandonaron este mismo proyecto por no cumplir condiciones ambientales ni humanas. El Reino Unido, que iba a apoyar el proyecto también se retiró debido a las críticas.
En 2009, los gobiernos de Alemania, Austria y Suiza retiraron las garantías de crédito a la exportación para este mismo proyecto debido a las fuertes críticas internacionales que genera, ya que el gobierno turco no sabe o no quiere cumplir con las normas internacionales al respecto, así que los contratos de préstamo con la Societé Générale, Bank Austria/ Unit Credit y DekaBank fueron retirados y los tres bancos desestimaron el proyecto para no ver dañada su reputación. Este era ya el segundo fracaso del proyecto debido a los problemas ambientales que puede generar y a los que no han puesto solución. Esa es una señal clarísima para cualquier banco de prestigio para no participar en la empresa, precisamente para no perder ese prestigio.
Pero resulta que al BBVA de Francisco González no le importan las personas, la Historia ni el Medio Ambiente, sólo le importa el negocio y el dinero y se ha metido de lleno en el proyecto ya que tiene un 24,9% de acciones en el Garanti Bank, el banco turco que avala el proyecto de embalse.
Quizás crea que actuando bajo otro nombre no se sepa de donde saca su dinero, ahora ya lo saben.
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