LA FISCALÍA DEBERÍA ACTUAR DE OFICIO
Si ya resulta un triste espectáculo la proliferación en los medios audiovisuales de entrevistas no sólo a los padres de personas asesinadas, que tendría un pase por el derecho a la ira y al terrible dolor por lo sucedido, sino de los padres o madres de los presuntos asesinos para contar "su versión" y cobrar encima miles de euros por ello, lo que ya es un escándalo es que salgan los abogados diciendo cada uno lo que le parece y llegando a atacar y acusar a la parte contraria.
Esto no debería permitirlo la Justicia y la Fiscalía debería perseguirlo de oficio. Estamos hartos de que en España no haya en realidad separación de poderes, de que desde el Gobierno se dirija la orquesta judicial al gusto del partido en el poder, pero que se permitan estas declaraciones de los abogados debería hacer que se tomaran medidas de inmediato, incluso desde los Colegios de Abogados corespondientes.
Es sencillamente impresentable que se enjuicie alegremente a la parte contraria ante la opinión pública. Si ya sería llamativa esta actitud en los familiares esto podría comprenderse por el dolor que sienten, pero en una persona especializada en Derecho no se puede ni se debe permitir.
Recientemente ha salido en las televisiones el abogado del padre de dos niños presuntamente perdidos en Córdoba, no sólo acusando gratuitamente a la madre, que vive en Huelva y no estaba allí en el momento en el que sucedieron los hechos, sino insinuando que si no está en la puerta de la finca investigada es porque sabe donde están o no es una buena madre, afirmando además que la policía la está investigando, a ella y a todos los familiares maternos, y buscando a los niños en Huelva, cosa que la policía ha desmentido de inmediato. Estas declaraciones deberían considerarse delito por parte de la Fiscalía porque son manifiestamente falsas y tendenciosas.
Pero apuntándose a la moda, sale también hablando en televisión el abogado de un menor, presuntamente asesino de una niña, María Esther, cuyo cadáver se encontró en una caseta a las afueras de su pueblo. Y sale quejándose de la Justicia y afirmando que a su pobrecito cliente lo acusan hasta de "matar a Manolete".
¿Qué pitorreo es éste con la Justicia? ¿Por qué se permite? ¿No saben estos abogados que el que debe juzgar un secuestro o un asesinato es un juez y no la opinión pública, y que todos estos temas deben dirimirse en sede judicial y no en ruedas de prensa? Siendo esta opinión pública tan fácilmente maleable, de seguir así nos podemos encontrar un día con un linchamiento público motivado por este tipo de declaraciones. De hecho ya se observan las turbas vociferantes a la entrada de algunos juicios dispuestas a linchar a los acusados si la policía no lo impide a tiempo.
Un poco de seriedad, señores abogados, o dedíquense a otra cosa.
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